La opinión de Antonio Balsalobre

Jueces y partes

Viernes 5 de diciembre

Demos por sentado que hay que perseguir todo acto de corrupción, afecte a quien afecte. Y que, por lo tanto, debe hacerse toda la luz en la trama en la que aparecen Koldo García y José Luis Ábalos, exministro del PSOE. Aunque tampoco vamos a pecar de pipiolos a estas alturas y tragarnos sin más las declaraciones del empresario Aldama, que incriminan gravemente a varios miembros del Gobierno y gracias a las cuales ha conseguido salir de la cárcel.

Convengamos igualmente en que se deben combatir las filtraciones judiciales. De unos y de otros; de todos, claro está. Celebremos, por lo tanto, el celo con que el Supremo instruye la causa contra el fiscal general del Estado por supuesta revelación de secretos. Y regocijémonos de que haya llamado también a declarar a Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso. Aunque haya costado lo suyo. El famoso MAR es a todas luces el difusor del bulo según el cual el Fiscal había chantajeado al novio de Ayuso. Desmentir esa patraña le ha costado a García Ortiz la imputación.

¿Qué ha sido, en cambio, de aquellas filtraciones a medios “amigos” que, como ha quedado probado, se realizaron desde el Ministerio del Interior en la época de Mariano Rajoy, con acusaciones falsas contra los líderes de Podemos y del independentismo catalán? A la vista está de que no han merecido aún la atención de los jueces, y no será porque no atentan contra la esencia misma del Estado de derecho.

Por cierto, y en otro orden de cosas, me resisto a creer que los exabruptos del juez Eloy Velasco sobre cajeras de Mercadona y gobiernos democráticos “ilegítimos” sean representativos del sector.

Paseos por la vida

Sábado 6 de diciembre

Gabriel Vegara Gálvez es alicantino, de Jacarilla, pero afincado en Murcia desde hace años. O tal vez ya murciano originario de la provincia vecina, a la que sigue llevando en el alma. Murcia y Alicante (sobre todo, cierta parte de Alicante) son, parafraseando una canción caribeña, de un pájaro las dos alas. En la Autónoma de Barcelona fue alumno de Francisco Rico, y es esa una distinción que exhibe con orgullo. Ha enseñado con entrega y dedicación la literatura en Secundaria y ha escrito entretanto, “a salto de mata”, hermosos poemas que ahora nos regala. Son, dice él, poemas que han nacido de una necesidad emotiva de expresar un sentimiento amoroso, erótico, de admiración a la naturaleza, inspirados por la melodía de una canción, la lectura de un libro, la contemplación de una foto… Son en realidad “paseos por la vida”, a los que, como lectores, nos invitamos gustosos.

El que nos propone por Cabo Roig, en nuestro Mediterráneo natal, es uno de ello: Paseo de luz y de mar, / en su orilla zigzagueante, / cuando el mar aún no ha despertado, / quieto, apacible, lento. Le siguen muchos otros. Por los días que se escapan, en Tempus fugit; por entre amapolas y azucenas en la Vereda de las palmeras; entre el murmullo de voz y guitarra por una canción de Leonard Cohen… Poemas y paseos que fusionan vida y arte, enraizados en nuestro mundo más cercano.

Como no podía ser de otro modo en Gabriel, cierra el poemario (Paseo por la vida, Editorial Tirano Banderas) un canto a la esperanza. Por la puerta de madera cerrada siempre aparece, nos dice el poeta, la rendija por donde se cuela la luz.

Preocupante

Lunes 9 de diciembre

Ha caído el régimen de Bachar al Asad. Confiemos ahora en que para los sirios el remedio no acabe siendo peor que la enfermedad. Y mira que la enfermad era mala.  Una dinastía corrupta y cruel aferrada al poder desde hace medio siglo, apoyada por Putin e Irán, que en menos de dos semanas, sin que el más avezado de los geopolitólogos lo previera, se ha derrumbado estrepitosamente. Como no podía ser de otro modo, ha estallado la euforia entre gran parte de la población, al tiempo que miles de refugiados se disponen a volver al país con la esperanza de que les aguarda una vida mejor.

Pero tras la pesadilla viene ahora el despertar. Tras las salvas de júbilo celebrando la victoria, cunde el temor, más que fundado, de que una vez cumplido el objetivo de derrocar al dictador, los grupos y facciones rebeldes, que llevan quince años combatiéndose al mismo tiempo entre sí, prosigan su lucha cruenta por el poder, alejados de la transición pacífica y democrática que sería deseable.

En tanto Israel, Turquía y EEUU, entre otros, toman posiciones, la voz cantante parece llevarla de momento Abu Mohammed al-Joulani, perteneciente a una antigua sección de Al-Qaida, de la que asegura haberse alejado.  Eso es lo que dice. Lo cierto es que no se sabe, en realidad, cuáles son sus verdaderas intenciones. Lo primero que hizo, de hecho, al llegar a Damasco fue anunciar al mundo desde la mezquita de los Omeyas que era esta victoria “una nueva historia para toda la nación islámica”. Una puesta en escena que invita a pensar que, si acaba imponiéndose, su objetivo final no sea otro que establecer un Estado islámico sirio. Un modelo fundamentalista semejante al de los talibanes, de consecuencias políticas para la zona y el resto del mundo imprevisibles.

Preocupante.