Rabal en Burdeos
Domingo, 13 de abril
Visito en Burdeos la exposición Homenaje a Goya, 1824-2024, que celebra el 200 aniversario de la llegada del artista a la ciudad. He tenido suerte, hoy se clausura. El homenaje incluye estampas, litografías, aguafuertes, obras en su mayor parte realizadas aquí, a orillas del Garona, donde el genio aragonés se exilió, junto a otros liberales y “afrancesados”, huyendo del absolutismo del nefasto Fernando VII. Aquí dicen que llegó, cuando contaba 78 años, “sordo, viejo, torpe”, pero contento y deseoso de ver mundo, y con energía. Tras su huella, paseo por los muelles del río y algunas de las calles populares que tanto lo inspiraban. También vuelvo a ver la película de Carlos Saura, Goya en Burdeos, en la que nuestro Paco Rabal interpreta magistralmente al pintor. Y lo que veo son dos talentos excepcionales. Cada uno a su manera. Los dos murieron además en esta ciudad. Uno en la tierra, el otro en el cielo. Por cierto, en el cuadro que Vicente López hizo del artista, dos años antes de su muerte, los rostros de los dos Pacos parecen fundirse.
Lectores
Miércoles, 23 de abril. Día del Libro
Imaginémonos a dos personas cómodamente sentadas, cada una en su sillón, leyendo. Una cierta serenidad reina en la estancia. Ningún ruido, ningún alboroto vienen a alterar el profundo ensimismamiento de los lectores. La imagen no puede ser más sencilla y austera. La economía de medios no puede ser mayor: un hombre y un libro, una mujer y un periódico. Pero está calma es solo apariencia. En nada se corresponde con las turbulencias que agitan sus pensamientos. Cada capítulo del libro, cada noticia del periódico, los transportan a mundos reales o ficticios que se van construyendo a medida que van pasando las páginas. En el bar mientras desayunas, en la intimidad de tu sala de estar, en el vagón del tren que te lleva a alguna parte, a ti también, lector, es probable que los garabatos de este artículo que vas devorando con cierta curiosidad te estén haciendo, por un momento, soñar.
Así en la tierra como en el cielo
Jueves, 24 de abril
Por definición, el próximo Papa será el elegido de Dios. Eso para los creyentes. Para el resto será el resultado de una lucha descarnada —social, económica y política— por el poder dentro de la Iglesia. De qué continente y país procederá el futuro pontífice (de momento queda excluido que pueda ser una papisa) no es una cuestión baladí. Tampoco cuál será el color de su piel, o más si cabe, si seguirá la estela de Francisco o será su antítesis reaccionaria. Pronto nos lo dirá la fumata blanca. Entretanto, del Papa que nos deja, “vendaval social” para algunos, de “reinado” desigual para otros; de este argentino hijo de inmigrantes piamonteses, del que Milei dijo que era un “pelotudo de izquierdas” y al que Ayuso y Vox mandaron “ocuparse de sus asuntos” y olvidarse de los terrenales, he de decir que guardaré un buen recuerdo. En los próximos días se iniciará un cónclave trascendente. Las espadas ya están en todo lo alto. Prosigue la batalla política, que no cesa, así en la tierra como en el cielo.