La Opinión de Antonio Balsalobre

La noria y la palmera

Jueves, 13 de febrero

[En recuerdo del amigo y compañero del alma Pascual Marín González]

Tal vez no haya mejor metáfora de lo que es la vida que una noria. Inmóvil y dinámica a un mismo tiempo, girando incesantemente sobre sí misma. Y si está junto a una palmera solitaria, más todavía. Pienso en ello cada vez que, paseando por la Acequia Principal de Abarán y Blanca, en la Hoya de don García, me doy de bruces con la noria que lleva su nombre.

Una noria es un objeto perfecto, una obra de ingeniería admirable. La palmera, un regalo de la naturaleza para la vista. Siempre está la rueda portentosa a punto y dispuesta para elevar el agua con que regar la tierra; y la columna hierática, siempre al acecho para atrapar “la primera ráfaga de primavera”, que diría Miguel Hernández. Ambas se enaltecen, como queriendo dejar las bajezas del mundo y alcanzar a otear el horizonte.

Junto a esta noria hay un cartel que reza: “Colosal, bella y productiva”. No puede haber mejor descripción. Y se nos explica por qué. Si en los siglos XVII y XVIII solo era una ceña, tuvo que llegar el año 1818 para convertirse por su diámetro, 8 metros, en colosal. Y en productiva, por sus 42 l/seg. de caudal y las 137 tahúllas que riega. La más productiva de Abarán.

En cuanto a belleza, pocas le ganan. De proporciones mágicas y confeccionada en madera, salvo el eje y los cangilones hechos de metal, no dudan sus partidarios en calificarla como la más bella de España.

Noria y palmera. Movimiento y quietud. La vida sin cesar empezando.

La belleza y el espanto del mundo

Lunes, 17 de febrero

El médico y poeta Pascual López Sánchez tiene por costumbre regalar por wasap a los amigos un poema mañanero exquisitamente escogido. Lo viene haciendo desde hace años, día tras día, fines de semana incluidos, y sin embargo, en nada ha disminuido mi expectación por descubrir al despertar, o mientras desayuno, qué emoción poética nos aguarda esa mañana. Y es que Pascual no para. Cuando no está dándole la vuelta al mundo, deteniéndose en todos y cada uno de los países, seleccionando la poesía que más le conmueve de cada uno de ellos, lo podemos encontrar, entre otras muchas ocupaciones, saltando de flor en flor (literalmente), también por todos los confines de la tierra, libando en los versos que las subliman. A veces, incluso, recita creaciones propias o ajenas, algo que ennoblece, aunque solo sea por un momento, las maltrechas redes sociales.

Uno de los poemas enviados que más me ha sacudido estética y socialmente últimamente es el escrito por un autor cubano que desconocía: Aramis Quintero, nacido en 1948 en Matanzas y Premio Nacional de la crítica en su país. Su título, La belleza del mundo arde en las noches, de una fuerza expresiva y polisémica atronadora. He aquí algunos versos sueltos del poema.

…Pero en ti me descanso, en ti sólo, /

en tu cuerpo de luna y tus manos, //

en ti sólo descanso para mirar al mundo, /

la belleza y el espanto del mundo, /

y mirarme a mí mismo y esperar.

En eso me hallo. En beber a grandes tragos la belleza que nos rodea, y en indignarme y sobrecogerme ante el espanto del mundo, en tanto me miro muy adentro, y espero o escribo cosas como ésta.

Sobre Trump, ni mu

Miércoles, 19 de febrero

Si difícil era hacer el amor en un Simca 1000, mucho más le está resultando a Feijóo mantener su equidistancia entre el sunami ultraderechista de Trump y los intereses europeos. Ni quiere echarse en brazos del magnate ni arremeter contra él, y eso exige no pocas contorsiones. Entre ellas, desautorizar a su vicesecretario de Asuntos Internacionales, Esteban González Pons, quien lo calificó de “macho de una manada de gorilas”. O no decir ni mu. Aunque eso lo lleve a guardar un espeso silencio sobre cuestiones esenciales y a quedarse fuera de juego en la escena internacional. Algo que le viene de perla a Sánchez. “Sobre la amenaza de aranceles por parte de la administración estadounidense, el Gobierno de España estará del lado de los agricultores, de los ganaderos, de la industria, de las empresas y de los trabajadores”. Así de fácil se lo ha puesto.

Y qué difícil lo tiene Feijóo para revolverse en el Simca 1000 político en que viaja: pequeño, de corto alcance y errático.