Exlibris
Unas jornadas literarias con ciento sesenta actos y trescientos invitados de una veintena de nacionalidades, entre los que destacó Amin Maalouf, no es desde luego ningún evento literario cualquiera. De ahí que su director, Victorio Melgarejo, haya calificado esta IV Semana Internacional de las Letras de Murcia, con buen criterio, como probablemente el mayor festival literario realizado hasta la fecha en la Región. Han sido siete días de intensa ebullición cultural en los que se han dado cita coloquios, conciertos, exposiciones, mesas redondas, foros, reconocimientos, presentaciones, proyecciones… La mejor forma quizá de poner a la Región, dentro del mapa literario, en el lugar que le corresponde. En este hervidero de actos y encuentros culturales tuve honor de participar. Fue el viernes pasado, en el salón de actos del Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM). Presenté mi novela histórica Maryam de Siyâsa. Gracias a todos los asistentes.
Otoño
El otoño ha llegado, en palabras del poeta Ángel González, con poco ruido. Sobre todo aquí en Murcia, diríamos nosotros, donde el verano se obstina en perpetuarse. En realidad, tiene que venir alguna amenaza de DANA, con sus lluvias torrenciales tan disruptivas, para convencernos de que estamos entrando en una nueva estación climática. Algunas señales, es verdad, se advierten. El verdor de los pinos de la Atalaya que ha lavado la lluvia, el grisáceo de las brumas que por la mañana sobrevuelan el río, el amarillo y rojizo con que el parral tiñe sus hojas antes de despojarse de ellas. Sin embargo, para los que nos hemos pasado, de una forma u otra, toda nuestra vida en las aulas, el otoño quedará siempre asociado al comienzo del curso escolar, al que los franceses llaman “la rentrée”, con sus proyectos renovados, sus mariposillas en el estómago y sus propósitos de enmienda.
Erupciones
No hace falta ser ningún politólogo avezado para llegar a la conclusión de que si mañana hubiera elecciones generales Ayuso estaría mejor colocada que Casado para aspirar a ganarle a Pedro Sánchez. Lo que no quiere decir que le ganara. Pero tendría más posibilidades, pues a la vista está que tiene más tirón que su actual jefe de filas. No es de extrañar, por lo tanto, que esté tomando posiciones, aspirando a la presidencia del partido en Madrid. Casado, que la ve venir de frente, escoltada por su asesor (de armas tomar) Miguel Ángel Rodríguez, tiene motivos de sobra para estar intranquilo. Se le ha visto, de hecho, estos últimos días descolocado, aturullado, muy confuso. En realidad, es un órdago en toda regla. Para colmo, la exlideresa del PP madrileño Esperanza Aguirre se permite llamarle “niñato”. Por lo que parece, no solo en la isla de La Palma hay erupciones.
Social y verde
Las crisis, como la vida, a veces dan segundas oportunidades. La insolidaria Merkel que gestionó con austeridad e inclemencia en Europa las calamidades de la estafa financiera de 2008, por ejemplo, se transmutó luego en pródiga y benefactora mandataria a la hora de afrontar las nefastas consecuencias de la crisis del covid-19. Entre una crisis y otra, tuvo algún destello de humanidad con los refugiados sirios que su país necesitaba como trabajadores inmigrantes. Su figura, que para muchos se ha agrandado con el paso de los años, no ha impedido, sin embargo, el batacazo electoral que ha sufrido el democristiano Laschet, su heredero político. Aunque con una ventaja mínima, el socialdemócrata Scholz, ganador de los comicios, se propone formar gobierno antes de Navidad. ¿Espoleará a la socialdemocracia europea este triunfo en la potente Alemania? Esperemos que sí. Más que nunca Europa necesita una recuperación social y verde.