La Mandrágora del IES Los Albares
234 días de Mandrágora han supuesto retomar un proyecto cultural que tuvo su auge de éxito cuando se realizaba en edición impresa (guiño a Tino Mulas), una tarea que era y sigue siendo ardua, máxime cuando corren tiempos que, por desgracia, suelen darle la espalda al maravilloso y fascinante arte de leer y al de escribir. Y es que cuesta mucho, como docentes, conseguir que los chavales lean o escriban, “me aburre, yo no sé escribir, me da mucha pereza, ¿sube nota?…”, entre un sinfín de evasivas que hacen que muchos de nuestros adolescentes retrocedan y no sean capaces de tener criterio propio al sumirse en un mar de ignorancia, liderado por los reels de Tik Tok, por los memes de Instagram y por el desconocimiento de todos aquellos pseudointelectuales que arrojan por redes dardos envenenados con cada una de las palabras que publican. Es este el motivo por el que desde el IES Los Albares apostamos por cualquier iniciativa que aleje a los jóvenes de la información manipulada que puedan manejar por sus ansiadas redes sociales, siempre bajo el precepto de una enseñanza basada en la libertad de pensamiento y de elección, en la escucha activa y en la transmisión de valores universales como el respeto, la igualdad, la justicia y la convivencia.
234 días de Mandrágora en los que hemos intentado cubrir en la medida de lo posible los casi infinitos proyectos culturales que promueven la lectura, la escritura, la dialéctica, las ciencias, los idiomas, el deporte, la historia, las artes, así como la formación profesional, tan importante para preparar a nuestros alumnos como personas con autonomía propia, no solo en el ámbito laboral, sino también en todos los de su vida, porque si hay una filosofía que airea como bandera nuestro centro, y a las pruebas de todos los que pasan por aquí me remito, esa es la que apuesta por la diversidad y por la inclusión de todas las personas, “…sin fijarse en nombres y apellidos que clasifiquen al alumnado…” tal y como diría Tino Mulas en su último discurso de graduación.
234 días de Mandrágora en el que los alumnos son los protagonistas de las crónicas publicadas, de la ilusión de sus docentes y de que este centro siga prosperando a un ritmo vertiginoso. Los que pertenecen a la redacción de este medio de comunicación han ido mejorando de manera superlativa, a pesar de la dificultad que en algunas ocasiones presenta este mundo de los medios de comunicación, lo que demuestra que todavía hay mucho por lo que luchar para el beneficio de estas nuevas generaciones que solo piden ser escuchados para sentirse valorados, de ahí que hayamos intentado darle voz a todo el que nos lo ha pedido.
234 días de Mandrágora en los que en ningún momento hemos tenido que enfrentarnos a obstáculos para seguir su curso, ni por parte de la dirección del centro, ni por la de los compañeros que han apoyado esta iniciativa desde el pasado 19 de septiembre, facilitándonos la plataforma digital, colaborando semanalmente y aportando ideas, enviando notas de prensa y material gráfico para que nuestra revista haya estado actualizada casi a diario. Esto ha sido producto del trabajo en unión, producto de la disponibilidad inmediata y de la idea de que remando juntos se llega antes a la orilla, por lo que bajo el lema de Alejandro Dumas, “Todos para uno y uno para todos”, hemos conseguido llevar a cabo todo lo que hemos considerado productivo para nuestros alumnos.
234 días de Mandrágora suponen hablar de un trabajo incondicional, tanto de profesores como de alumnos; porque para que haya noticia, tiene que haber protagonistas y haberlos haylos en todos los departamentos con los que cuenta el centro: concursos de relato y de fotografía, Mates x Cieza, los podcast de La Mandrágora, Semana de las Humanidades, Tour Provincial de Mates, Programa G. D. Patrimonio, los intercambios y viajes lingüísticos, los recreos inclusivos de ajedrez y de vocabulario en inglés. ¿Seguimos? Deporte escolar, actuaciones musicales dentro y fuera del centro en colaboración con otros, congresos de investigación, proyecto de memoria histórica con una actividad intergeneracional, visitas a museos para conocer todo tipo de artes, huerto escolar, participación en concursos de medios de comunicación digitales y en concursos de convivencia, plan lector, grupo de teatro, mediación y jueces de paz (un guiño a María José Marín)… y podríamos seguir nombrando más de esta riqueza cultural que aumenta año tras año gracias a los que en sus inicios, no podemos olvidar a las almas maters, la originaron, a los que la continuaron y a los que seguimos manteniéndola con ese espíritu de la ilusión y de la esperanza de que nuestras generaciones de adolescentes llegarán lejos.
En definitiva, 234 días de información que únicamente sucede en un instituto que no ha finalizado un proyecto, cuando ya ha iniciado otro, en ese afán de estar en continuo contacto con el progreso y con el conocimiento y eso, en materia educativa, es sinónimo de querer buscar siempre lo mejor para nuestro alumnado y para sus familias e intentar conseguir nuestro objetivo: rozar la excelencia académica.