Juzgados
Hay al parecer un lío espeso, como de moco de bronquitis aguda, en el caso del Fiscal General del Estado. Parece que no ha gustado nada de nada en el circo mediático, político y judicial patriótico el triple salto mortal, según el cual, el fiscal general ha intentado dar luz sobre los efectos de dos morcillas diarias y un chorizo de cantimpalo en las arterias, en la sangre, y la consiguiente subida del colesterol malo, para acabar con la pésima información dada por un señor barbudo que, además, dijo que tampoco era demasiado importante para el devenir normal del conducto sanguíneo un par de ginebras diarias con un toque de anís estrellado.
¡Yeeeeepah!
“Vamos a follarnos al fiscal general”, se escuchó decir a alguien escondido tras unas siglas. Alguien muy misterioso, un fantasma con un megáfono; alguien que habla tras una pantalla fundida en negó.
El novio de la presidenta de la Comunidad Madrileña, Ayuso, la de los protocolos de la vergüenza, la que dijo que se iban a morir igual los miles de ancianos de las residencias, es un defraudador confeso. Hecho probado y comido hasta el hueso.
Sin embargo, cuando al mozo fiscal general se le hincharon los huevos y salió descamisado a campo abierto a decir: “NO, no a las grasas; no a la comida basura, y menos cuando tienes hipercolesterolemia familiar heterocigótica. ¡No al morro de cerdo!” Le pararon los pies con disparos de mierda de vaca mezclada con Omega 3 y 6 para confundirle. Le lanzaron patatas fritas con sabor a sobrasada y manteca de cacahuete, y le dijeron que se fuera a eyacular a Andorra; cosa que no entendió. ¿A eyacular a Andorra?
En el juzgado que instruye el caso del defraudador confeso están jugando al ‘un, dos, tres…pollito inglés’, mientras, en el Tribunal Supremo, va tan rápido el juez que lleva el ‘Caso Arterias’ que ha solicitado las grabaciones de una cámara que no existe, por si acaso, por si hubiera algo. No hay que dejar suelto ningún fleco. Hay que defender la institución y llamar a declarar a Jim Morrison. Cabo suelto es igual a tropiezo y castañazo.
Mientras, en otro lugar no muy lejano, otro juez, obcecado en que el conejito de indias cante la zarzamora, está llamando a declarar a tanta gente que el Consejo General del Poder Judicial ha solicitado, por activa y por pasiva, que se aproveche para llevar al Cristo de Medinaceli al juzgado, restringiendo, por cuestiones de imagen de cara al exterior a los vendedores acreditados de la farola y a los puestos de churros con chocolate.
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-Polémico: Oye.
-Subordinado: Dime.
-Polémico: Y al que se queje lo mandas a tomar por culo, o a tomar por el culo, lo que mejor te venga. Y, por favor, si te encuentras con algún lingüista le dices que te explique la diferencia entre una frase y otra.
En tierras pacenses no van a ser menos, judicialmente hablando; así que se ha subido la jueza a la cuadriga más veloz que tenía a mano, junto con Charlton Heston, no sin antes admitir en su juzgado una demanda del Coro Rociero Manos Limpias a Ritmo de Bulerías, a tal velocidad que se han saltado hasta un control policial matemático. Muchos y muchas creen que si la demanda hubiese contenido una raíz cuadrada le hubiese estallado la cabeza a la jueza, pendiente en aquellos momentos de marear la perdiz más que de hacer un uso pedagógico de su código deontológico. No se espera, en este caso, un río de declarantes que propicie la llegada a las puertas del juzgado de artesanos del queso curado. No obstante, el Consejo General del Poder Judicial ha solicitado en pro de la conciliación del vida laboral y familiar, solo por si acaso, un castillo inflable para que los menores salten y bailen mientras sus padres declaran en el juzgado cuidándose mucho de hablar lo justo y necesario ante el excedente maquiavélico de pepinos democráticos.
Todo esto ha ocurrido tras el pleno monográfico en el Congreso de los Diputados a propósito de la gota fría: Peinado, Hurtado, Badajoz, Aldama, Lobato.
-Buenas tardes: ¿Es el enemigo?
No intenten comprenderlo, y mucho menos liarlo en un papel de arroz y darle una simple calada; las estrellas no quedan tan lejos.