Está grabado en vídeo, por Diego J. García Molina

Está grabado en vídeo

Como decíamos ayer, vamos con la última tropelía de actual gobierno socialista que tanto daño está haciendo a este país. No sé si realmente llamarlos socialistas pues en realidad son solo arribistas que están en el PSOE como podían hacer estado en el PP o en cualquier otro partido con posibilidades de alcanzar el poder. El mismo ministro del interior Grande Marlasca era considerado un juez del bando conservador (por sus actuaciones) hasta que sorpresivamente fue designado para el cargo. Los políticos siempre nos han mentido, no hay que engañarse, tanto aquí, como en Japón, en Estados Unidos o Sudáfrica, por lo tanto, debe ser algo inherente al ser humano. No obstante, el nivel de tomadura de pelo al que estamos llegando en España va a ser complicado de superar en el futuro. Antes de la llegada de las nuevas tecnologías e internet, se le podía adjudicar una cita apócrifa a Julio cesar sin problema, el “tú también, Bruto” ha pasado a ser una verdad falsa, a pesar de ser una frase creada en el siglo XVI en una obra de teatro de Shakespeare; o discursos de Carlos I exagerados por sus biógrafos, o frases de Napoleón, Churchill o Einstein, quienes tienen atribuidas la mitad de las citas en internet. Pero es que a este tipo lo tenemos grabado en video. Y no hace tanto tiempo. Poco antes de ejecutarse la moción de censura que desalojó a Rajoy de la Moncloa, Sánchez decía que los secesionistas catalanes claramente habían efectuado un delito de rebelión; es decir, no solo no tenía duda de que era sedición, sino que aumentaba la apuesta y lo subía a rebelión, figura penal que nadie tenía duda de que era lo sucedido a la vista de los hechos acaecidos en Cataluña en aquellas fechas, con los líderes independentistas en franca rebelión (nunca mejor dicho) contra el estado. Fueron los magistrados, con Marchena a la cabeza, quienes, en vez de interpretar la ley, como les correspondía, pusieron la primera piedra de lo que sucedió después, rebajando, quizá con buena intención, la categoría del delito de rebelión a sedición. Eran tiempos en que Sánchez afirmaba que el presidente de la autonomía catalana era un racista (grabado en vídeo), ya que lo era según las propias declaraciones y artículos de Torra; también entonces no tenía ningún problema en confirmar una y otra vez en que no realizaría ningún acuerdo con el brazo político del terrorismo etarra, Bildu (grabado en vídeo); y poco después, dijo que no se sentiría nada seguro durmiendo en la Moncloa teniendo como compañero de gobierno al partido político Podemos (grabado en vídeo). Si esto fuera una comedia televisiva ahora vendrían las risas enlatadas…

Pero es que la cosa no termina ahí, en la rueda de prensa para valorar la descafeinada sentencia, Sánchez afirmaba “acatamiento significa el íntegro cumplimiento”, o “nadie está por encima de la ley y todos estamos obligados a su cumplimiento”. Todos los miembros del gobierno descartaban totalmente los indultos y el propio Sánchez se avergonzaba antes de ser presidente de que políticos indulten a políticos. Indultos que por supuesto llegaron aproximadamente un año y medio después (risas). A pesar de que los perdonados no solo no se arrepentían de los actos realizados, sino que se vanagloriaban y al final se convirtió incluso en mantra de tanto repetirlo el “lo volveremos a hacer” (ho tornarem a fer, en catalán). Ha sido habitual durante diferentes gobiernos, tanto de PP como de PSOE, que al no alcanzar mayoría absoluta se apoyaran en partidos nacionalistas para poder gobernar. Y también ha sido costumbre que estos partidos aprovecharan para obtener prebendas suculentas a cambio, como la recaudación del IVA Cataluña, o la ampliación del ya de por si ventajoso concierto vasco (Arzalluz, el presidente del PNV llegó a decir que “le he sacado más a Aznar en 14 días que a González en 14 años”, así se las gastan nuestros amigos). Sin embargo, solía ser una negociación disimulada que normalmente se limitaba a la investidura del presidente de turno. En el caso actual, en cada presupuesto, cada ley, cada paso que quiere dar el gobierno debe negociar con el secesionismo, ya sea catalán o vasco, o ambos, una nueva concesión; por no llamarlo chantaje.

En este caso, como parece que se avecinan elecciones más pronto que tarde y los líderes secesionistas, aunque fuera de la cárcel, continúan inhabilitados para cargo público, han decidido amoldar la ley a sus necesidades, es decir, cambiando en el código penal el delito por el que fueron condenados, sedición. Y ya está sobre la mesa, pues han incluido en esta modificación enmiendas ERC Podemos para aliviar también la malversación para que todo el dinero dilapidado de forma espuria sea devuelto a estos delincuentes condenados. Argumentan desde el gobierno que servirá para mejorar la convivencia en Cataluña. Sin embargo, están completamente errados, no hay más que recordar el ambiente que sufrían los catalanes no nacionalistas en aquellas fechas, y como ha cambiado la situación cuando han comprobado los instigadores que la amenaza de cárcel era perfectamente creíble y que sus actos tenían consecuencias en los bolsillos. El famoso proceso secesionista se ha desinflado totalmente y con los partidos y asociaciones nacionalistas enfrentadas entre sí por la pasta a las manifestaciones multitudinarias de otros años ya no va ni el Tato. La aplicación de la ley funcionó, el estado de derecho se impuso a la actuación unilateral por la fuerza. La rebaja de las penas, los posteriores indultos, y ahora esta reforma de la ley ad hoc, ¿de verdad cree alguien con dos dedos de frente que va a frenar a estos caraduras? Claramente los reafirmará en sus razones y les dará sensación de impunidad. De hecho, ahora vemos más claro como encajan todas las piezas del rompecabezas al escuchar las declaraciones del juez Cándido Conde-Pumpido, si, aquel que dijo que «el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino» cuando allanó el camino durante la negociación con ETA en tiempos de Rodríguez Zapatero. Ahora va diciendo que fue elegido fiscal «para solucionar el problema vasco» – ya me dirán que se ha solucionado – y que “va a ser designado presidente del tribunal constitucional para solucionar el problema catalán”. Los motivos no pueden ser otros que hacer un nuevo apaño, retorciendo la Constitución para conseguir un referéndum de independencia a sus socios de gobierno; así lo ha adelantado incluso el actual presidente autonómico catalán. Parece mentira que no hayan aprendido de la historia y no sepan que el apaciguamiento no funciona; o igual si lo saben, pero les da igual. Lo que sí está claro es que están jugando con fuego, demasiado tiempo. Y ya sabemos lo que pasa cuando juegas con fuego, que al final te quemas. Veremos cómo termina todo esto.