Entrevista al alcalde: «Es una maldad intentar que la gente crea que estamos ensimismados»

Javier Gómez

Pascual Lucas, el máximo responsable municipal, nos recibe en su despacho del Consistorio con una amplia sonrisa. Vestido con un pantalón gris, corbata a juego y chaqueta oscura, este empleado de la antigua Cajamurcia durante casi los últimos treinta años, ahora en excedencia, nos invita a tomar asiento. Inevitablemente, como en multitud de ocasiones, luce en la solapa izquierda, orgulloso, un pin con el escudo de Cieza. Son las diez de la mañana del primer día de invierno, y esta circunstancia se refleja en nuestras manos, agradecidas del cálido acogimiento de la calefacción interior que contrasta con el gélido ambiente exterior. Puntual a su cita, iniciamos la conversación con este apasionado del deporte y de todo tipo de música que sea capaz de entusiasmarle: desde Macaco hasta una aria de ópera, pasando por Serrat, Sabina, Cohen y los Rolling Stones.

Antes de entrar en materia con los asuntos municipales nos interesa conocer su opinión con respecto a un tema de carácter nacional, concretamente relacionado con las visicitudes por las que ha atravesado su partido recientemente. «Lamento que Pedro Sánchez haya acabado así. Es cierto que últimamente no habían hecho las cosas bien, pero yo nunca me he sentido partidario de un bando u otro. Prefiero el bien y la cultura del partido. Es realidad, el PSOE ha salido perdiendo en este proceso, principalmente por cómo se ha realizado el asunto. Aunque tengo esperanza por la altura socialdemócrata del partido. No hay que olvidar que el PSOE es el gran transformador social desde el final de la época franquista hasta la actualidad», afirma con naturalidad y gesticulando, algo que sucederá durante la hora larga que durará la entrevista.

Las estadísticas y las encuestas reflejan el desencanto de la ciudadanía con los representantes políticos. De hecho, ninguno consigue llegar al aprobado. La situación le indigna y considera «absolutamente injusto» que se manche la trayectoria honesta de la mayoría por culpa de la corrupción. «Todo esto viene por determinados políticos, también en el área municipal. Hay que predicar con el ejemplo; me gustaría, cuando me vaya, que la gente dijera que fui honesto», enfatiza, endureciendo la mirada.

Pasamos a hacer balance de la gestión municipal de este último año y medio en los que ha regido en el municipio. Argumenta que la situación presupuestaria ha venido determinada por la sentencia de Migaseca, que ha hecho que el Ayuntamiento se haya tenido que hacer cargo de una deuda cercana a los cinco millones de euros. «Hemos tenido que realizar ajustes al máximo, algo que no me gusta, para normalizar los presupuestos de los próximos años. Es cierto que las inversiones han sido las grandes sacrificadas pero las otras opciones pasaban por hacer recortes o subir impuestos. El PP si lo hizo en su día, sin embargo nosotros no barajábamos esas opciones», asegura al tiempo que entrecruza las piernas; esa postura ya no la perderá hasta el final.

La enumeración de los logros de su gobierno se le agolpan en la garganta. La consideración de Cieza como ‘Ciudad Amiga de la Infancia’; el aumento de más de 100.000 euros en políticas sociales; el primer puesto regional en Transparencia; las inversiones en Cultura, con la Feria del Libro y ayudas a los museos; la relación «fantástica» que se ha establecido con los comercios; las ayudas para becas y libros de texto; también las de los clubes deportivos, y la compra de desfribiladores para todas las instalaciones deportivas de la localidad; y, por supuesto, la obtención de cinco millones de euros de los fondos europeos (EDUSI) para Cieza destinados a «planes de desarrollo urbano, eficiencia energética, desarrollo de barrios desfavorecidos o desarrollos informáticos, entre otros». Sin embargo, es con ‘Floración’, el proyecto estrella del Ayuntamiento con el que se le ilumina el rostro. «Queremos convertir a Cieza en una ciudad turística. Debemos aprovechar nuestra floración, que es diferente a cuantas haya, para atraer a los turistas e introducir en el mismo paquete los demás lugares turísticos como La Serreta o el Museo de Siyâsa. Nuestra floración es maravillosa policromática, no como la del Valle del Jerte que es monocromática. Es algo que debemos potenciar y en lo que nos va a ayudar la Comunidad Autónoma, aunque debemos solucionar el alojamiento que nos falta.»

Pero no todo son parabienes. En las últimas fechas el Partido Popular ha acusado a su gobierno de tener «enchufados» en el área deportiva y de reformar los despachos del equipo de gobierno pero no preocuparse del estado de las calles de Cieza. «Es una estupidez -asevera tajante-. No soy partidario de comentar las opiniones políticas. Ellos hacen su papel -asegura como si la política se tratase de una representación teatral-. Lo que se debe hacer es valorar la gestión que realiza cada uno. Y la gestión en el área deportiva es mucho mejor que la que se hizo en los últimos años. Y al respecto de la reforma de los despachos, todo es demagogia. Nos hemos limitado a pintar las paredes y poner ventanas, que eran de madera. Pero no va a ser sólo en los despacho del equipo de gobierno sino en todos. ¿A ti te parece ostentoso este despacho?- me interpela, señalando con sus manos la habitación en la que nos encontramos. Es una maldad intentar que la gente crea que estamos ensimismados. ¡Que lo demuestren! Además, es peligroso y manipulativo». ¿Seguimos inmersos en una política deconstructiva, del y tú más? «No es mi estilo deformar la realidad, que es muy distinto con respecto a algunos concejales. Yo, cuando gobernaba Tamayo, contribuí a centrarme en la política. Nunca he hecho calificaciones personales y no las permitiré», afirma con rotundidad.

Se relaja y su rostro se suaviza cuando le preguntamos en qué ha cambiado su vida cotidiana desde que es el máximo responsable municipal. Asegura que intenta seguir haciendo lo mismo y que le gustaría tener más horas para estar con su familia y amigos, que lo más bonito de la vida le ha sucedido fuera de la política. Pero no es algo que le preocupe a largo plazo porque «la política es algo pasajero en lo que pongo mi entusiasmo y conocimiento». Evoca, risueño, una anécdota de su hijo. «Me recrimina que no puede pasear conmigo tranquilamente, me dice que me paro en todos los sitios y con todas las personas. En ese aspecto sigo siendo igual que antes de alcanzar la alcaldía. Sin embargo, la responsabilidad se siente desde el primer día -vuelve a sonreír-, es un orgullo aunque carga mucho».

Pero la relajación no es eterna. Queremos conocer la relación gubernamental con Izquierda Unida y con Podemos. ¿Es un matrimonio de conveniencia o hay amor? Ríe ampliamente. «Cada cual tiene sus ideas, y eso nos enriquece. Tenemos nuestros momentos de debate que solucionamos con diálogo; la discrepancia solucionada argumentando nos enriquece. Es una gran experiencia». Insistimos, ¿conveniencia o amor? Fija la mirada en nosotros y carcajea; con templanza: «Solucionamos nuestros asuntos como los matrimonios».

Y como un matrimonio bien avenido están actuando en un tema actualmente candente: el fracking. «Estamos totalmente en contra y hemos establecido contacto con los municipios cercanos para llevar a cabo una posición conjunta. Nos movilizaremos». Últimamente se está hablando de la posibilidad de que, mediante esta técnica, se realicen extracciones que pueden afectar a Cieza. «Es una amenaza real para los acuíferos y para nuestra agricultura».

El empleo es otro de los caballos de batalla de Cieza y una de las principales promesas electorales de los socialistas ciezanos. Pascual Lucas matiza que desde que llegaron al poder hay 300 desempleados menos. También argumenta, gesticulante, que han establecido contacto con empresas para ofrecer formación en determinados perfiles y enfatiza en la próxima apertura de un centro de trabajo, en la localidad, por parte de Golosinas Vidal. «No hemos regalado el suelo -nos advierte-. Lógicamente, no es lo mismo comprar una sartén que comprar cien. Si vienen con una gran proyecto empresarial de 20 millones de euros, adquieren 56.000 m², mediante licitación pública, y ofertarán 165 puestos de trabajo, pues el precio es menor». Nos habla de 165 empleos pero, ¿están garantizados para personas de Cieza? «Por ley no se puede garantizar aunque existe voluntad por parte de la empresa. Además, yo lucharé por los míos».

El tiempo transcurre veloz, fugazmente avanzan las manecillas del reloj entre pregunta y pregunta. No tenemos límite, el alcalde no nos ha marcado ningún horario, a pesar de su agenda y de que esa misma mañana hay un pleno extraordinario. Nos acercamos al final y no queremos que se nos quede nada en el tintero. Nos planteamos que opina sobre los servicios que ofrece el Hospital de la Vega Lorenzo Guirao. «Son mejorables«, sentencia. Asegura que están trabajando con la Comunidad Autónoma para solucionar las listas de espera, implantar un radiólogo de urgencias y las especialidades de las que carece. Arguye que, aunque las competencias no son municipales, ya se ha conseguido que funcione el aire acondicionado, otra de las quejas de los usuarios y que, a principios de año, tienen una cita concedida con la consejera de Sanidad para repasar este asunto. «Nuestra relación con la Comunidad, en líneas generales, es buena. Somos educados en las formas pero contundentes. Con Pedro Antonio Sánchez, el presidente, todo es normal; sin embargo, con algunos consejeros llevamos meses para poder reunirnos».

Otro asunto que no queremos que se nos escape es el de los nuevos presupuestos participativos. Queremos saber si sería viable que fueran participativos en su totalidad. «El tiempo lo dirá -resopla-. Tenemos sueldos fijos, gasto corriente y, además, el importe de la deuda -ríe-. Son partidas presupuestarias que no se pueden elegir. También es necesario que la sociedad sea capaz de discernir que es lo más importante estrategicamente».

Finalmente, estamos agotando las preguntas. Sería interesante conocer qué puede desear para Cieza el alcalde de la localidad, tanto a título individual como institucional. «Personalmente, quisiera que, cuando finalice mi trayectoria política, pueda decir que he mejorado mi pueblo y tener la conciencia tranquila. Institucionalmente, que haya más trabajo para todas las familias y, por lo tanto, menos ayudas sociales. Eso sería un buen síntoma».

Terminamos y el alcalde, empaticamente, se interesa por el periódico, quiere saber quiénes somos, y continuamos charlando de temas triviales. Nos imbuimos en la conversación y, a causa de esto, cometemos un error. Nos vamos y, al llegar a la calle, recordamos que no le hemos tomado una fotografía. A la carrera, volvemos a subir la escalinata consistorial. Está a punto de salir. Atento y amable, nos invita, nuevamente, a entrar en el despacho y se deja fotografiar. Ahora sí, es hora de partir y dejar al regente de Cieza que trate asuntos, probablemente, más importantes.

 

 

 

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