El resultado de las elecciones andaluzas bajo el prisma de Antonio Balsalobre

Algo hemos tenido que hacer mal

No sé por qué suerte de conjuro creíamos que estábamos vacunados contra el populismo de la extrema derecha, que aquí no ocurriría lo que ha pasado en Francia o Italia, que la xenofobia y los valores antidemocráticos no “pasarían”, y ya hemos visto que no. Que España ni es “diferente” ni está libre de pecado. Mucho menos cuando el Partido Popular y Ciudadanos, Casado y Rivera, no tienen ningún pudor en “blanquear” y legitimar un movimiento que la Europa democrática mira con pavor.

Que ninguna encuesta haya previsto el hundimiento de la izquierda andaluza y la irrupción sonada de Vox en los comicios autonómicos dice mucho de los despistadas que andan tanto las empresas demoscópicas como la izquierda en este país. Por no hablar de los “opinadores”, entre los que me incluyo. A semejanza de los físicos, también lo terremotos políticos vienen precedidos de movimientos entre las placas sociales que acaban por producir fracturas de forma súbita y violenta.

El seísmo político que ha sacudido Andalucía era, a decir verdad, esperable, aunque no lo hayamos querido ver. Y eso que percibíamos con claridad que la placa tectónica del secesionismo catalán embestía contra la Constitución, la unidad territorial, la igualdad de los españoles, y que esa acometida era percibida con desasosiego e irritación por parte de muchos españoles. Yo mismo he advertido desde esta columna una y otra vez sobre sus peligros. Pero, en nuestra buena fe, llegamos a creer que con mano izquierda y sentido común las aguas catalanas volverían a su cauce.

El daño político y social que el procés le ha hecho a la izquierda española en su conjunto es inconmensurable y en Andalucía tenemos la primera relación de  sus víctimas. Y a los grandes beneficiados. Lo que la semana pasada parecía imposible, esta semana empieza a tomar cuerpo: que las tres derechas suman. Y que un partido que nació para ocupar el centro y combatir el nacionalismo no descarta ahora pactar con el campeón del ultranacionalista: Vox. Ellos sabrán.

Casi da envidia ver lo bien que se llevan las derechas. Esa predisposición que muestran a unirse para desalojar a los “okupas” de la progresía. Todo lo contrario de las izquierdas que andan siempre a garrotazo limpio entre ellas y luego se extrañan de que su electorado se desmovilice. Lo pudimos ver en el último debate de campaña. Mientras Marín y Moreno se animaban uno al otro a colaborar conjuntamente, Díaz y Rodríguez se despellejaban. Díaz creyendo que la abstención le beneficiaba y exhibiendo una “suficiencia” que ya hemos visto en qué ha quedado, y Rodríguez buscando el acoso y derribo del PSOE, su único aliado político posible.

Consumado el desastre, es ahora tiempo de lamentaciones. ¡Claro que algo hemos tenido que hacer mal! Más pertinente sería, sin embargo, preguntarnos si algún día seremos capaces de hacerlo bien.

 

 

 

2 thoughts on “El resultado de las elecciones andaluzas bajo el prisma de Antonio Balsalobre

  1. deseo2

    Tan mal haceis algunos las politicas que hasta escribis los articulos cometiendo los mismos errores. esos poseedores de la verdad absoluta por favor!!!!

    los electores andaluces han dicho que la izquierda NO sabe gobernar y que no quieren mas cortijos
    puedes adornar con los adjetivos ultra que desees, que ya os cree muy poca gente

    ahora vas y ves la estimacion electoral de hoy

  2. Antonio Balsalobre

    Aquí no hay nadie que se crea en posesión de la verdad absoluta. Por lo menos, no yo. Aquí sólo hay opiniones y las opiniones… opiniones son.

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