Todas las semanas nuestros lectores y lectoras pueden disfrutar de la sección La mirada de Tete Lucas, donde el célebre fotógrafo local lleva a cabo un análisis de las mejores fotografías que ha realizado de la localidad
Tete Lukas
El Gorgotón
En la desembocadura del Cañón de Almadenes se encuentra el nacimiento de El Gorgotón, considerado como una de las emergencias naturales más importantes de agua subterránea a lo largo del cauce del río Segura. Es la única salida natural del acuífero del sinclinal de Calasparra, que se extiende desde dicha población hasta llegar casi a Jumilla, pasando por Cieza, con una superficie de 321 km2 y una capacidad estimada en más de 3.000 hm³.
Se muestra en la margen izquierda un orificio en la roca por el que es bien visible la descarga, con tal fuerza y presión que levanta los pequeños guijarros del fondo hasta la superficie. Todo un espectáculo visual y sensorial que puedes apreciar perfectamente con unas gafas de buceo debido la cristalinidad de su agua.
La primera fuente conocida donde se nombra este lugar es un texto del s. XII del conocido geógrafo árabe Al-Zurhi donde lo nombra como ‘Fuente negra’:
“Y al final del estrecho (de Almadenes) se encuentra la Fuente Negra. Es una fuente cuyo caudal, en medio del agua del río, salta al aire hasta aproximadamente la altura de un hombre, surgiendo del fondo. Su agua es sulfurosa y de desagradable sabor, y se dice que procede de la fuente que los cristianos cegaron en la ciudad de lyi(h). Ésta fue una de las ciudades sobre las que pactaron Tudmir, el rey de los cristianos, y Musa b. Nusayr, cuando éste entró en la Península Ibérica. Dicha fuente regaba todo aquel campo, y los cristianos la obstruyeron y salió en este lugar; entre los dos lugares hay una distancia de doce parasangas. Y desde esta fuente los lugares habitados se suceden ininterrumpidamente sobre ambas orillas del río por un espacio de treinta parasangas hasta Murcia, y otras treinta parasangas desde Murcia hasta el mar”.
Desde mediados de los años 90, la instalación de “pozos de sequía” que extraen agua del acuífero vertiéndola al rio para abastecer de agua a los regantes del trasvase Tajo-Segura, amenaza con hacer desaparecer esta maravilla de manantial, debido a la disminución de agua y presión en el acuífero, lo que ya causó hace unos pocos años que el agua dejase de brotar convirtiendo el manantial en un cenagal. Por suerte, hoy en día está recuperado y brota con normalidad.
Otro problema es la cada vez mayor afluencia de turistas debido a la gran difusión que en redes sociales se le está dando, lo cual no debería ser malo, pero, como ya sabemos, la mayoría de personas carece de educación y van dejando su basura por donde pasan.
En fin, esta imagen forma parte de mi colección ‘El Cañón de Almadenes y su entorno’ y para su realización tuve que tirar de ingenio y hacer muchas pruebas hasta conseguir un resultado medio decente y más que mejorable, pero así quedó…
Quería hacer la toma al amanecer utilizando luz artificial para iluminar la imagen. Era invierno y en el primer intento el termómetro marcaba 0 grados y, debido al contraste de temperatura entre el exterior y el agua del nacimiento que ronda los 25 grados, un espeso vapor emanaba del agua impidiéndome hacer cualquier toma. Después de disfrutar unos minutos de ese bonito espectáculo, y no si habérseme pasado por la cabeza meterme al agua, finalmente marché al calorcico hogareño. El segundo día tuve más suerte y el madrugón no fue en vano, permitiéndome las condiciones realizar la toma.
¿Recuerdan el articulo pasado sobre la velocidad de obturación y en concreto las exposiciones largas? Pues bien, cámara en trípode, usé una exposición de 30 segundos, tiempo durante el cual, oculto tras la piedra que se observa a la derecha, realicé varios disparos con un flash externo en la mano para iluminar las rocas y la vegetación. Para iluminar el agua creando esa sensación de jacuzzi, sumergí el flash dentro del agua con la ayuda de un gran tarro de cristal para no mojarlo. Me la jugué un poco, pero salió indemne.
Paz y amor.