Todas las semanas nuestros lectores y lectoras pueden disfrutar de la sección La mirada de Tete Lucas, donde el célebre fotógrafo local lleva a cabo un análisis de las mejores fotografías que ha realizado de la localidad
Tete Lukas
Como parece que este año en el pueblo la cosa va de luces y árboles de navidad cutres, he querido hacer el mío propio, aunque no sé si en cutrez he superado al de la Esquina del Convento, pero desde luego en austeridad sí, ya que solo he necesitado un viejo perigallo una pequeña linterna y papel de celofán de varios colores.
Esta imagen se sale un poco de la dinámica de lo que venía mostrando hasta ahora en anteriores artículos y, la verdad, es que no me esmeré mucho en hacerla, porque caía una rasca que no veas y estaba deseando volver junto a mi amiga la estufa. En cualquier caso, me sirve para hablaros sobre una técnica fotográfica muy interesante y con infinitas posibilidades artísticas y expresivas: el fisiograma.
El fisiograma, o light painting en ingles, consiste en mover una fuente de luz mientras se toma una fotografía de larga exposición, estos es, dejando el obturador abierto durante varios segundo o incluso minutos en función de lo que se quiera hacer. Por ejemplo, un fisiograma serían las típicas fotos donde un coche deja las estelas de luz a su paso por el encuadre.
Un fisiograma también se puede hacer moviendo la cámara enfocando a un punto de luz fija. Todos hemos hecho algún fisiograma sin querer cuando hemos tomado una foto nocturna con el móvil que nos ha salido movida y los puntos de luz que estaban dentro de nuestro encuadre aparecen como líneas que responden al movimiento de la cámara en nuestra mano.
La historia de esta técnica data prácticamente desde los inicios de la misma fotografía, ya que los primeros métodos fotográficos requerían tiempo de exposición muy largos y seguramente los primeros fisiogramas se realizaron si querer ante un movimiento inesperado de la cámara o de alguna fuente de luz externa. No solo los artistas vieron las posibilidades que ofrecía esta técnica, también los científicos.
Os aconsejo que busquéis en google/imágenes los siguientes ejemplos que voy a citar a continuación para así ilustrar la lectura y tener una mejor comprensión.
En 1889, cuando los inventores Étienne-Jules Marey y Georges Demeny colocaron pequeñas luces en las articulaciones de un asistente para estudiar el movimiento humano haciendo así el primer fisiograma conocido, titulado ‘Pathological Walk From in Front’.
En 1914, los empresarios Frank Gilbreth y su esposa Lillian Moller Gilbreth realizaron una serie fotográfica llamada ‘Work Simplification Study’, colocando pequeñas luces en sus trabajadores de manufactura para rastrear su movimiento con la intención de estudiar la posibilidad de simplificar el trabajo que se desempeñaba en su empresa.
Pero fue el famoso fotógrafo surrealista Man Ray el primero en utilizar el fisiograma con fines artísticos, colocando su cámara frente a un espejo y realizando remolinos y líneas con una pequeña linterna y que podemos ver un su serie ‘Space Works’.
Ray abrió el camino a otros fotógrafos, quienes han experimentado con esta técnica convirtiéndose en una disciplina específica dentro del mundo de la fotografía. Hoy en día, con los avances tecnológicos como las luces y tubos led de colores y los drones, las posibilidades son infinitas y en los últimos años ha surgido un movimiento que me fascina, llamado Light Graffiti, que consiste en realizar fisiogramas emulando los graffitis de la cultura hip hop, utilizando luces led de diversos colores, todo un arte nada fácil de realizar y que requiere de mucha práctica. Para mí, el artista estrella de este movimiento es Julien Bretón; os recomiendo que lo busquéis en internet y os aseguro que quedaréis maravillados.
Paz, amor y decrecimiento.