Orígenes
Viernes, 14 de marzo
Me topo en diferentes medios con dos entrevistas, a cada cual más interesante. Una es a Steven Knight, guionista y creador de Peaky Blinders, la serie de culto centrada en la historia de un grupo crapuloso de gánsteres en la Inglaterra de los años 1920. Cuenta en ella que es el último de siete hermanos de una familia obrera de Birmingham, que su padre era herrero y sus tíos, ayudados por su madre, apostadores clandestinos. También que su éxito profesional y económico no le impiden seguir llevando en el bolsillo el carnet del Partido Laborista. “Pertenezco a la working class. Soy socialista, en lo que escribo, las vidas de las gentes humildes, a veces dramáticas, pero que valen tanto como las de las clases altas”. La otra conversación es con Bruce Springsteen, que no necesita presentación. El “Boss” tampoco ha olvidado de dónde viene: “Cuando era muy joven, una de las cosas que más me importaban era ser fiel a mi música, a mi público, a mi comunidad y a mis orígenes”.
Caza política
Sábado, 15 de marzo
Independientemente de lo que opinemos sobre Podemos, de sus propuestas políticas, de sus líderes, justo sería reconocer que lo que se hizo contra este partido entre 2014 y 2016 tiene toda la pinta de haber sido una absoluta infamia política. Me refiero a la guerra sucia, a la persecución ilegal contra esta formación que se llevó a cabo desde el Ministerio de Interior durante el mandato de Mariano Rajoy, de las que no faltan, así lo confirma el sumario, abundantes pruebas y testimonios policiales. En investigar esta siniestra caza política se halla inmerso el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. El procedimiento era bien sencillo: filtrar informaciones con datos falsos a determinada prensa -que las publicaban citando “fuentes policiales”- para desprestigiar así a la fuerza política ante la opinión pública. Todo ello al tiempo que se intentaba conseguir supuestamente de forma ilegal, con el ministro Jorge Fernández Díaz al frente, los datos confidenciales de los 69 diputados de la formación. En su línea, Rajoy sigue negándolo todo. Incluso que se llama M. Rajoy.
Yo también soy europeo
Martes, 18 de marzo
Muchos niños de mi generación fuimos muy pronto “europeos”. Por necesidad, en busca de una vida mejor, nuestros padres habían emigrado a Francia, Alemania, Suiza y otros países del viejo continente llevándonos consigo. En mi caso, no solo admiro su sacrificio y valentía, sino que además les estoy profundamente agradecido. Pude comprobar desde mi más tierna infancia que había otra vida más allá de lo más cercano. Más allá de la España franquista, masacrada política, económica y culturalmente. Convencida de que está en peligro “la paz, la prosperidad y la democracia”, una multitud se manifestó espontáneamente en Roma la semana pasada para reivindicar el orgullo de ser europeo. No soy ajeno a las profundas grietas abiertas en el seno de la Unión sobre la conveniencia o no de incrementar el gasto militar en esta nueva Europa “autónoma”. No es una cuestión baladí. En todo caso, coincido con quienes, considerándose europeos pero insatisfechos con la Europa actual, piensan que nada tendrá sentido si no apostamos por una Europa más unida, justa y equitativa.