El conde de Campillos, diputado por Cieza

Joaquín Chico de Guzmán y Chico de Guzmán fue nombrado hasta en cuatro ocasiones representante del distrito de Cieza 

Miriam Salinas Guirao

Al menos dos marqueses y un conde representaron a Cieza en el país. Para comprender qué ocurría y de qué años estamos hablando vamos a seguir los estudios de Francisco Javier Salmerón Giménez, autor de ‘El dominio de la vieja oligarquía’, publicado en Historia de Cieza.

La oligarquía ciezana

Nos vamos al siglo XIX, tan necesario de conocer para entender los sucesos del XX y la vida del XXI. La Cieza de entonces se agrupaba en un núcleo urbano pequeño: desde la fortaleza hasta la calle Mesones. “En el centro se encontraba la Plaza Principal que recibirá distintos nombres a lo largo del siglo. En ella existían porches, divididos en casillas con puertas y cerrajas. La iglesia de San Bartolomé se encontraba en un lamentable estado; las Casas Capitulares estaban en un estado ruinoso y su torre o minarete sobre la que se encontraba la campana concejil y el antiguo y destartalado reloj estaba desnivelada, amenazando ruina, mientras que las barbacanas que circundaban parte de la villa estaban en un estado lamentable”, expone el investigador haciendo referencia a las Actas Capitulares de comienzo del segundo tercio del siglo XIX. Para entender la Cieza de entonces un dato: solo dos de los veintisiete alcaldes que se suceden entre 1808 y 1868 no se encuentras relacionados por lazos familiares. El poder lo detentaban unos pocos, agrupado en torno a dos familias, mayoritariamente: Marín-Blázquez y Capdevila.

Es preciso recordar que para poder participar en las elecciones se debía acreditar cierto nivel de ingresos, algo muy alejado para gran parte de la población. En 1839 de las 1440 familias, solo pueden participar 212, representadas por su cabeza de familia. El control del poder local significaba manejar los impuestos, los accesos a los pastos, o el dominio de las juntas periciales.

Tras impulsos renovadores y su consiguiente contrarrevolución llegamos a final del siglo XIX.  Tras la restauración borbónica se pretendía “representar al pueblo español, gracias a la creación de un turno entre los partidos conservador y liberal que hiciera innecesario el recurso da la fuerza para la ocupación del poder, un uso que había sido utilizado frecuentemente a lo largo del siglo”. Los representantes de los distritos se cerraban antes de las elecciones en el Ministerio de la Gobernación, una elaborada farsa donde se daba cabida hasta a las campañas electorales, se introducían papeletas y se contaban los votos.

El conde de Campillos

En estas idas y venidas pactadas encontramos al conde de Campillos, del lado conservador. Provenía de Cehegín, “su familia, que incrementó considerablemente sus bienes durante la Desamortización de 1836, siendo la segunda máxima compradores de la provincia de Murcia, con la adquisición de una extensión de 850 hectáreas de tierra en la comarca del noroeste y en Lorca y su poder en el noroeste murciano, junto con otras grandes familias, era enorme. Joaquín Chico de Guzmán, nacido en 1870, era licenciado en Derecho y, en otro orden de cosas, caballero de la Orden Militar de Santiago. Diego María Chico de Guzmán, de quien descendía Joaquín, ya había sido diputado a cortes por el Distrito electoral de Cieza en el periodo 1850-53. De modo que el nexo entre Cánovas y el conde de Campillos era la amistad entre ambas familias. Sería su representante en la zona de Cehegín hasta la muerte del primero y diputado del distrito ciezano desde ese momento hasta 1907, en todas las elecciones que correspondió el Acta a los conservadores: 1899, 1903, 1905 y 1907” (‘Caciques murcianos: la construcción de una legalidad arbitraria, 1891-1910’, de Francisco Javier Salmerón Giménez).

Era hijo de Diego María Chico de Guzmán y Figueroa, casado con Emilia Chico de Guzmán y Belmonte, natural de Cehegín, el tercer contribuyente mayor de la provincia de Murcia, consiguiendo un título nobiliario durante la época isabelina.

Joaquín Chico de Guzmán y Chico de Guzmán nació el 13 de marzo de 1870 y realizó los estudios de derecho en 1896, además fue Caballero Profeso de la Orden Militar de Santiago y Maestrante de la de Granada.

Casa de los Condes de Arriba

Según relata Elena Pidal Tarquis en ‘La historia de una casa-palacio del siglo XIX: El Carrascalejo (Cehegín, Murcia)’, los Condes de Campillos compran en Cehegín una casa familiar con motivo de la boda de su hijo mayor Diego Chico de Guzmán y Chico de Guzmán con Isabel Mencos y Bernardo de Quirós. La casa era conocida como ‘Casa de los Condes de Arriba’.

Los Chico de Guzmán, como expone la autora, Pidal Tarquis, son oriundos de Cuenca y será en el año 1432 cuando, por motivo de un lance de honor, llegue el primer Chico de Guzmán a tierras murcianas: “Hernando Chico de Guzmán y Salazar, caballero de Calatrava y descendiente de los reyes de Castilla se ve envuelto en un duelo. El enfrentamiento se desarrolla en Lugar de Ribatajada, y tras matar a su contrincante, deberá ir a tierra de frontera a luchar por la cristiandad contra los musulmanes para ser así eximido de culpa. Se establecerá entonces en Cehegín, ciudad cercana a la frontera con Al- Andalus”. Ya desde 1348 la Orden de Santiago organizaba las tropas desde Cehegín, punto fronterizo, para conquistas de los territorios.

La visita del conde

El diario murciano relataba una de las visitas del conde a Cieza. El encuentro con la prensa fue en la casa de Ramón Capdevila Marín. “El joven diputado por Cieza hijo de una familia ilustre de esta provincia, de una opulenta posición social por las rentas de que disfruta su casa, y que por lo tanto, no puede estar oscurecida por la más leve sombra, (…) excelentes prendas de su carácter que sabe descubrir cualquiera la primera vez de estrechar su mano. La concurrencia en casa del señor Capdevila de amigos políticos de esta y de Abarán con el fin de saludar al nuevo diputado fue inmensa. Por las espaciosas salas y habitaciones de la planta baja donde se recibió, no se podía transitar materialmente. El conde estuvo con todos muy afectuoso, ofreciéndose incondicionalmente para todo cuanto fuera beneficioso a los intereses morales y materiales del distrito, lo cual le llenaría de la más alta satisfacción”. Tras un refresco partió en el tren correo rumbo a  Calasparra. Se hospedó en la Fonda Murciana y visitó los pueblos de “Abarán, Ojos, Ricote, regresando por Villanueva y Archena para tomar billete en el mixto y a su llegada fue obsequiado con una brillante serenata”, relataba la crónica.

Joaquín Chico de Guzmán y Chico de Guzmán, el que fuera nombrado hasta en cuatro ocasiones representante del distrito de Cieza, dejó su nombre grabado junto al devenir de la ciudad.

 

 

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