El alma lírica de José Antonio Vergara Parra

No quisiera…….

 

No quisiera la aurora desvelarme una mañana,

no sin antes presagiarte

y estrecharte entre mis brazos.

 

No quisiera yo marcharme sin ver la mar primero,

y perderme en su crepúsculo

para encontrarme de nuevo.

 

No quisiera el elíseo llamarme a su presencia,

que he de hundirme en la arena y sentir su cielo

para colmar mis entrañas de salmuera y céfiro.

 

No quisiera el destino incomodar mi boceto,

crónica de acción de gracias,

testamento de presencias que socorren al viento.

 

No quisiera cruzar el dintel de lo incierto

sin volver a mi Roma para amarte de nuevo;

porque eterna es su Fontana e infinita tu mirada.

No quisiera ya partir al viaje sin retorno,

sin ser ungido por la lluvia de una tarde de verano,

que son los ángeles que lloran, que son las rosas del desierto.

 

Quisiera, eso sí, sobre hierba fresca andar descalzo,

refugiarme bajo un fresno en afable deshora

y, entrada ya la noche, desvanecerme entre los nardos.

 

Quisiera recostarme y perderme en las estrellas,

 entornar la mirada para abrir mejor el alma

al hechizo de Miles Davis o al susurro de Sinatra.

 

Quisiera enmudecer ante la luna luminosa

mientras pasa mi Maestro, agonizante y cabizbajo

por la enésima traición de un pueblo desnortado.

 

Quisiera trasnochar en Viernes de Pasión

que viene mi Señora henchida de puñales,

horadado el corazón y desvalida en su aflicción.

 

 

Quisiera una vez más brindar por la amistad,

alzar mi copa al cielo y colmarla de luceros,

pues eso es lo que sois; lágrimas por San Lorenzo.

 

Quisiera respirar hasta bien entrada la vida,

que me esperan tres milagros de un sacramento divino,

y mi reina que no es mía aunque yo sí sea suyo.

 

Quisiera yo llorar el néctar de mi alma,

para enjuagar tus pies con súplica atormentada,

que nada soy ni nada fui salvo un susurro enamorado.

 

Quisiera una vez más sentarme donde el pino,

que por allí andan mis padres, bien lo sabe Cristo,

que es Santo y es de Cieza, consuelo de mis consuelos.

 

 

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