Editorial

Fotografía de José Sánchez Sánchez

EL TRASLADO DE LA VIRGEN DEL BUEN SUCESO A SU SANTUARIO

Han pasado tres años ya desde que la Virgen del Buen Suceso, la patrona de Cieza, emprendiera su última travesía hasta su casa, la ermita de la Atalaya. Algo que supuso un trauma en su momento, la primera suspensión en la historia de la romería, que data de 1963, tuvo lugar en 2019, debido a la DANA que asoló la localidad y que dejó el camino procesional impracticable sin poder garantizarse la seguridad de los devotos. Este era un hecho extraordinario, pero que no hacía preludiar lo que pasó desde entonces. Llegó la pandemia y por dos años más consecutivos se ha tenido que suspender la romería. En total son tres años ya, algo inaudito para Cieza, y que, lamentablemente, se transforma en eterno para los cofrades y fieles.

Sin embargo, este año la Junta de Hermandades Pasionarias, como medida para paliar este vacío costumbrista, ha organizado el traslado (que no romería) de la patrona a su santuario, a su casa.

Este domingo, la Virgen del Buen Suceso retornará a su hogar. Eso sí, bajo las normas de seguridad  y sanitarias que dictan la época pandémica en la que vivimos. Será un revulsivo para mantener viva la llama de la tradición ciezana, a pesar de que, lógicamente, no será lo mismo. Desde hace un año y medio ya nada es igual, lo cual no es óbice para que no se ingenien alternativas para que podamos seguir disfrutando de nuestras costumbres y esencia, como es esta y como se hizo con la Feria y Fiestas de Cieza.

Por tanto, debemos aprovechar estos rayos de luz y de esperanza que se nos brindan, sin descuidar en ningún momento las normas sanitarias para conseguir dejar atrás esta pesadilla. Cualquier paso falso nos retrotraería al inicio, y eso no lo quiere nadie.

Seamos sensatos en este traslado (recordemos nuevamente que no es romería), disfrutemos con seguridad y seamos consecuentes con nuestros seres queridos y con nosotros mismos. En esta recomendación va implícita que nadie se quede en el monte de la Atalaya a celebrarlo por su cuenta. Vean a la Virgen del Buen Suceso y regresen a sus casas. Es la única forma de recuperar la añorada normalidad.

 

 

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