Editorial

Fotografía de José Sánchez Sánchez

LA SEMANA DE PASIÓN REGRESA A CIEZA

Acaba de comenzar la Semana Santa de Cieza; nuestra Semana Santa. Esta es una de las festividades más arraigadas en la localidad, cuya celebración en Cieza data desde el siglo XV. En la misma participan miles de ciezanos y ciezanas, mientras otros tantos la siguen como espectadores. Y también numerosos visitantes que llegan al municipio atraídos por la majestuosidad y solemnidad que desprende esta festividad.

Esta edición, además, es más emotiva, si cabe, que otras. Han pasado tres años desde que el incienso se apoderara por última vez de nuestras calles. La edición de 2019 se tuvo que suspender en Viernes Santo debido a las lluvias, mientras que las de 2020 y 2021 no se celebraron debido a la pandemia. Y tres años es mucho tiempo para que una localidad como Cieza se quede sin su Semana de Pasión. Ha sido larga la espera para los nazarenos y nazarenas, que viven y palpitan al calor de sus cofradías e imágenes.

Afortunadamente, estos últimos tiempos oscuros parece que se están quedando atrás. La luz comienza a salir nuevamente  y este año Cieza sí celebrará, con ímpetu renovado y deseado, la Semana Santa. Los pasos se lucirán con orgullo para toda la población y la alegría invadirá los corazones, tanto tiempo castigados, de aquellos y aquellas que anhelaban este regreso, necesario e imprescindible para el imaginario colectivo local.

Por tanto, hay que disfrutar esta festividad, pero siendo prudentes para evitar una transmisibilidad alta del covid; que nada pueda enturbiar un momento tan esperado. La primavera se abre camino, inexorablemente, mostrando su magnificencia y, realizando un símil, nos deja su regalo más especial: la Semana Santa de Cieza.

Además, desde hace años se está trabajando, tanto desde la Junta de Hermandades Pasionarias como desde el consistorio, para que esta festividad obtenga la Declaración de Interés Turístico Internacional, un sello que nosotros consideramos que se merece. Por ello, deseamos que, más pronto que tarde, se logre dicho objetivo. Sería el mejor colofón con el que recompensar la pasión que todos los ‘semanasanteros’ siempre han depositado en esta celebración, y también recompensaría el sufrimiento y la tristeza que han tenido que padecer por la pandemia, que les arrebató parte de su vida y su esencia con las suspensiones de la Semana Santa de Cieza, nuestra Semana Santa.

 

 

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