Editorial

UNA NAVIDAD CONDICIONADA POR LA PANDEMIA EN CIEZA

La semana pasada se anunció la programación de Navidad que se llevará a cabo en la localidad. En la misma se ha dispuesto una serie amplia de actividades como se realizaban antes de la pandemia. Sin embargo, tal y como advirtieron las autoridades municipales, todo estará condicionado a la evolución de la pandemia, que actualmente está provocando el aumento ostensible de casos activos positivos.

En este sentido, debemos continuar siendo sumamente responsables. La alta tasa de vacunación está logrando que no alcancemos las cifras del año pasado por estas mismas fechas y que los centros de salud y los hospitales no estén saturados con pacientes covid. Aunque sabemos lo que sucedió después de la Navidad con la aplicación de nuevas restricciones y el cierre forzoso de la hostelería.

Es comprensible que la población quiera volver a sentirse dentro de la “normalidad”, especialmente en unas fechas tan familiares como son las navideñas. Pero debe reinar la prudencia y las medidas de seguridad, que tampoco están reñidas con una celebración navideña. Eso sí, siempre respetando las normas.

Así por tanto, celebremos esta Navidad con la mayor prudencia para que no se disparen los contagios y no se deban imponer nuevas restricciones a la ciudadanía, tan negativas en el ámbito sanitario, social y económico.

Además, la semana pasada también se implantó el certificado covid para acceder a los interiores de la hostelería y del ocio nocturno. Esta normativa pretende acelerar el proceso de vacunación en aquellas personas que no lo están si quieren acceder a dichos locales. Y según los datos estadísticos, sí se está produciendo un repunte en las personas que acceden a vacunarse.

En esta línea, se pueden extraer dos conclusiones: una negativa y otra positiva. En el plano negativo resulta cuando menos paradójico, e incluso triste, que haya personas que decidan vacunarse ahora para poder entrar en los locales hosteleros y no lo hayan hecho antes para preservar la salud de la sociedad, incluidos sus familiares y ellos mismos. Sin embargo, este aspecto negativo queda en un segundo plano si con ello se logra el positivo, que no es otro que se alcance el mayor porcentaje de vacunados posibles con el objeto de adquirir una eficiente inmunidad grupal. Deseamos que así sea, con independencia de los motivos que lleven a cada cual a vacunarse.

 

 

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