Editorial

Fotografía de Fernando Galindo

LA FLORACIÓN DE CIEZA

‘Floración’ está a punto de echar de clausurarse después de casi un mes intenso de actividades, que han repercutido positivamente en la economía y en la vida social del municipio, y el balance resulta muy positivo en todos los ámbitos, sobre todo después de que no se haya podido celebrar en su totalidad en las dos últimas ediciones.

La participación, tanto de ciezanos y ciezanas como de visitantes ha sido espectacular, con lo cual este proyecto sigue creciendo, edición tras edición, con el consiguiente beneficio para la localidad. Además de conseguir situar la marca Cieza en lo más alto del sector turístico nacional. Sin lugar a dudas, este hecho es todo un logro del que la sociedad ciezana tiene que sentirse orgullosa.

Y si a esto le unimos que, en breve, podremos disfrutar de nuestra añorada Semana Santa (deseamos que sea sin restricciones) las buenas noticias para Cieza no cesan de acontecer.

Estos acontecimientos, la vuelta a la cotidianeidad, es lo que necesitábamos. Algo que antaño nos parecía tan sencillo y que la cruda realidad de la pandemia nos ha hecho apreciar en mayor medida.

Eran muchas las expectativas y las ilusiones que habíamos depositado en recuperar nuestra vida, sin alardes. Solamente queríamos volver a sentirnos vivos, a disfrutar de nuestra modesta vida social, tan entrañable en localidades como la nuestra donde las personas se conocen desde siempre y existe un halo mágico que no sucede en las grandes capitales. Afortunadamente, parece que estamos empezando a recuperar esas sensaciones. Deseamos que no se produzcan más variantes ni nuevas olas, y los datos así lo apuntan. Aunque si algo nos ha enseñado la pandemia es que es impredecible. Hemos padecido mucho, ojalá que esta sea la luz al final del túnel, tan anhelada, y sigamos disfrutando de estos pequeños detalles que son imprescindibles para nosotros.

 

 

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