Editorial

Aguas revueltas en el Partido Popular

El asunto central de la política ciezana es la dimisión de Juanma Molina, portavoz del Partido Popular. El pasado jueves saltaba la noticia: Molina dejará el cargo. En un escueto comunicado alegaba motivos estrictamente personales y profesionales. De esta manera, su cese cogió desprevenida a la ciudadanía de Cieza, incluso a algunos de sus compañeros de partido que se enteraban al mismo tiempo que la prensa. El Partido Popular de Cieza se queda sin el que hasta ahora era el portavoz y su cabeza visible, el exatleta olímpico que traía un aire renovado a la formación. Aunque seguirá en la política porque la semana pasada entró a formar parte de la Dirección Regional del PP como Secretario de Deportes.

Sin embargo, ¿la dimisión de Molina se debe exclusivamente a «motivos personales y profesionales»? Puede que existan otros motivos. Y ese trasfondo debilita al PP. Es vox pópuli, un secreto a voces, que existen dos bandos diferenciados, como ocasionalmente suele suceder en muchos partidos. Por un lado está el sector renovado, el que representa Molina y varios concejales más y por otro lado está el núcleo antiguo. Con la salida de Juanma comienzan a ganar estos últimos.

La decisión de que el exdeportista fuera el cabeza de lista del partido supuso un revés para el sector clásico, y la jugada casi salió bien. Faltó muy poco para lograr el objetivo, aunque se dejaran por el camino varias actas con respecto a las anteriores elecciones (no olvidemos que el PP fue el partido más votado y únicamente la alianza a tres bandas entre PSOE, IU y Podemos les privó de la alcaldía). A partir de mayo de 2015 los populares se vieron en un escenario con el que no contaban: ocupaban la bancada de la oposición. Y para hacer una oposición seria y férrea es necesaria la unidad, circunstancia que actualmente no se da en el partido. Con esta lucha interna el principal perjudicado es el PP. La Historia nos deja numerosos ejemplos de la caída de imperios debido a las peleas intestinas que albergaban en su interior. Lógicamente, un enemigo unido y bajo un único mando es mucho más difícil de derrotar que otro dividido. En este sentido el gobierno actual, por el momento, parece tener aprendida esa lección. Están consiguiendo aunar fuerzas en una sola dirección, a pesar de las discrepancias (que las ha habido, y grandes).

Es probable que la salida definitiva de Juanma Molina comenzara a fraguarse a principios de este mes. Concretamente el pasado 8 de marzo. Los militantes populares ciezanos elegían a los representantes del partido y de NNGG que participarían en el cónclave autonómico del PP. Y la mayoría de los elegidos fueron del sector antiguo. 119 candidatos presentaron su solicitud y fueron elegidos 44, en una votación secreta, con listas abiertas y masiva. El congreso autonómico fue el sábado día 18, y Molina no acudió. También le secundaron parte de los suyos. La división era ya evidente.

Lógicamente, en situaciones como esta no se exponen todas las cartas públicamente. Pero detrás de los motivos «personales y profesionales» puede haber un trasfondo. La dimisión ha causado sorpresa, pero también la causa el mutismo del Partido Popular. Ninguna referencia pública desde el comunicado, tanto del partido como de los concejales, en otras ocasiones proclives a la comunicación.

Si los motivos «personales y profesionales» son los argumentos definitivos del abandono de Molina, el tiempo lo dirá. Pero las aguas bajan revueltas por el cauce popular. Y como se dice coloquialmente: «A río revuelto ganancia de pescadores».

 

 

 

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