Editorial

LA CULPA FUE DEL CHA CHA CHA

Así, como el mismo nombre del editorial de esta semana, rezaba el título de una célebre canción de Gabinete Caligari. Y visto lo que ha sucedido, habrá que echarles la culpa a ellos, o al cha cha cha, de los bajos precios de la fruta en origen. O pero todavía, la culpa es de los propios agricultores que los padecen. Esa es la conclusión que se extrae de la respuesta que obtuvieron los mismos después de reunirse con Carlos Cabanas, secretario general del Ministerio de Agricultura, en Madrid. La solución para evitar la disparidad de precios en origen y en los supermercados fue que redujeran la producción para equilibrar los precios: es decir, que arranquen árboles frutales.

O sea que la culpa no es de la especulación salvaje que enriquece a los intermediarios por el camino y que provoca que, actualmente, se esté pagando el kilo de fruta a 40 céntimos al agricultor mientras que en los mercados no baja de los 2,40 euros. ¿Por dónde se queda ese gran margen de beneficios? Lo que piden nuestros agricultores no es enriquecerse sino poder subsistir gracias a su duro trabajo. O eso o la ruina. No les queda más opción.

El enfado y la insatisfacción de los agricultores murcianos, y ciezanos, a su regreso de Madrid era enorme. Al acuciante problema de la falta de agua, en plena campaña de recogida, se le une el de los bajos precios y «la solución» ofertada por el Ministerio de Agricultura. Desde UPA denuncian que el Ministerio “no es capaz de meterle mano a las cadenas de distribución que son las que están especulando con los precios”. Tampoco pretendemos negar que existe cierta especulación plantativa por parte de grandes propietarios agrícolas y que se tiende a concentrar la producción de manera temprana para obtener mejores precios. Pero la gran mayoría de los afectados en Cieza son los pequeños propietarios agrícolas y los jornaleros, que desean como agua de mayo que llegue la campaña para paliar la maltrecha economía familiar.

Como hemos mencionado en ocasiones anteriores, Cieza sigue dependiendo en gran medida del sector de la Agricultura. No nos engañemos, si la Agricultura se hunde la economía local también. A pesar de que se esté intentando diversificar los sectores económicos locales. El Ministerio de Agricultura focaliza el problema en los agricultores murcianos y UPA pone el acento en las distribuidoras ya que «la Región de Murcia está produciendo fruta de hueso para 500 millones de consumidores potenciales de la UE; la producción es la normal y toda la fruta se vende», manifiestan. Sí, se vende pero a qué precio. A precios que, en ocasiones, no cubren ni siquiera los gastos de producción.

Resulta evidente que los agricultores murcianos, y ciezanos, no son entidades financieras. Para ellos el gobierno no considera necesario que se les rescate o que no se les deje caer. Es preferible la especulación salvaje por intereses ocultos. Sin embargo, este problema es de vital importancia para Cieza. Porque atañe a nuestra no muy boyante economía, a nuestras familias, a nuestros hijos. Nuestro futuro económico está en juego y en Madrid deberían tomarnos en serio y dejarse de políticas paternalistas y miserias.

 

 

 

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