Editorial

EL COVID-19, LA SITUACIÓN DE LOS HOSTELEROS CIEZANOS Y INSTALACIÓN DE MACROGRANJAS 

Los datos de la segunda ola del covid-19 en la localidad esta semana son muy alentadores. Apenas superan la centena y se ha obtenido una bajada importantísima de la curva de contagios. Es una excelente noticia que el virus vaya remitiendo en Cieza. Pero como siempre decimos, no debemos relajarnos con este descenso ya que entonces “tiraremos por la borda” todo el trabajo y el sacrificio realizado hasta el momento, y tampoco honraremos la memoria de las víctimas que esta enfermedad ha provocado en Cieza.

Además, se avecinan fechas que van a resultarnos duras. Llega la Navidad y todos queremos celebrarla en familia, aunque debemos ser consecuentes con las medidas que actualmente tenemos (y las que posteriormente se impongan) y cumplirlas, por muy doloroso que nos pueda resultar. Una equivocación en este aspecto puede conducirnos a otro repunte en enero.

Tan importante ha sido el descenso en los contagios que incluso el Gobierno regional ha permitido la apertura de las terrazas de los establecimientos hoteleros hasta una capacidad del 75%. Este hecho, que debería ser positivo para la hostelería ciezana, no ha contentado al sector. Los hosteleros de la localidad, al igual que los del resto del país, están siendo grandes perjudicados de la pandemia. Las restricciones, que no dudamos que sean necesarias, pueden abocar a la ruina de muchos de ellos, que no tienen la suficiente capacidad económica para aguantar estos duros meses de pérdidas. El enfado en el sector hizo que se manifestaran este jueves reclamando que las ayudas prometidas por Comunidad Autónoma sean percibidas de forma inmediata y que se les deje abrir el interior de sus locales, cumpliendo las medidas de seguridad, con una capacidad del 30%. Se lamentan de la dificultad de los trámites burocráticos para acceder a las ayudas y de que no se les permitan la apertura en el interior como sí sucede en el sector de la alimentación. Los hosteleros se encuentran en una peligrosa coyuntura y se les deben ofrecer soluciones factibles para que no se provoque la desaparición de muchos negocios.

Por último, este jueves también se aprobaba la modificación parcial del Plan General de Ordenamiento Municipal (PGOM) con la finalidad de dificultar la instalación de macrogranjas en enclaves estratégicos para la agricultura, el turismo y el patrimonio ciezano. Según fuentes municipales, esta es una medida disuasoria para las grandes empresas del sector que tenían decidido instalarse en Cieza (hay tres peticiones de licencia que han quedado en suspenso), pero que es “benévola” con las granjas de mínima densidad. Es deseable que la medida surta efecto y las macrogranjas no se puedan instalar en la localidad, ya que los perjuicios para el suelo agrícola, el medio ambiente y la calidad de vida de la población serían muy importantes en comparación con los mínimos empleos que aportarían como beneficio para Cieza. El tiempo dirá si finalmente surte efecto la medida.

 

 

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