Editorial

ACTOS VANDÁLICOS

Cieza lleva sufriendo una sucesión de actos vandálicos en los últimos años. Cualquier ciudadano y ciudadana puede contemplar las consecuencias que ocasionan paseando por la localidad. Inmobiliario urbano destrozado (papeleras, bancos, farolas y señales de tráfico); los daños sucesivos en el Paseo Ribereño; pintadas en las fachadas de casas y comercios; y el último destrozo ocasionado en la pista de patinaje. Éste, cabe la posibilidad de que fuera perpetrado no ya como algo espontáneo sino premeditado, porque, para romper el banco y dejar todos los cascotes destrozados, fue necesario algún objeto contundente, quizás traído al efecto.

El gobierno municipal está indignado, como debería estarlo el resto de la ciudadanía, y las autoridades están investigándolo. Además, han advertido que «actuarán con todas las consecuencias». En Crónicas de Siyâsa, esta pasada semana, pusimos a disposición de nuestros lectores una encuesta para que valorarán cuáles eran las medidas oportunas para paliar esta situación que origina unas pérdidas cuantiosas para todos los habitantes de Cieza. Porque no debemos obviar que los gastos salen de nuestros impuestos. Y este es un dinero que podríamos emplear en otros asuntos de importancia para la localidad y no para sufragar los actos de los vándalos. En esta encuesta el resultado se mostró mayoritariamente a favor de aplicar las ordenanzas municipales con firmeza con un 81% de los votos, mientras que la realización de campañas de concienciación obtuvo un 14% y apenas un 5% consideró que no se podía hacer nada contra estos actos.

Ciertamente, es necesario actuar contra estas prácticas antisociales. Es difícil comprender qué origina estas actuaciones por parte de quien así se comporta. Si es por falta de respeto a la propiedad pública, por afán dañino, por falta de educación y civismo, por algún tipo de protesta o porque consideran divertido y gracioso realizar este tipo de «hazañas» ante sus amigos. Pero se debe actuar. No podemos consentir que se sigan sucediendo en el tiempo. Se podrían iniciar campañas de concienciación en colegios e institutos y, por supuesto, aplicar las ordenanzas municipales con firmeza. Y también, cualquiera que se les ocurra a ustedes y que consideren oportuna. Si creen que sería efectiva se la pueden comunicar al gobierno municipal, para que sea tomada en consideración, porque debemos erradicar este incívico y costoso problema.

 

 

 

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