Don Carmelo, el don de lo entrañable
Queridos lectores,
en estos días de mayo, en los que comienza a abrazarnos el sol con más fuerza, me gusta divisar Cieza desde esta mi Atalaya. Mayo es un mes con un encanto especial para los ciezanos por empezar sus días con miles de gargantas cantando con fervor una y otra vez “Cristo bendito, gloria de Cieza…”. Son muchos los ciezanos que han ido heredando este sentimiento de devoción, pues son cada vez más los fieles que van en peregrinación hasta acompañar a su Cristo a esa “cumbre airosa donde la Ermita se alza”. Allí se encuentra su casa, desde donde contempla a todos los ciezanos y vela por ellos hasta el próximo año. Es, sin duda, esta veneración una de las señas de identidad de nuestro pueblo, que espero que se conserve indeleble a pesar del paso del tiempo.
Es mayo también el mes en el que se transforman las flores multicolores en frutos de sugerentes sabores, ya que da paso a ese manjar tan esperado tras esa floración, que siempre atrae a tantos visitantes al comienzo de la primavera para disfrutar de nuestro paisaje convertido en un mosaico de colores. Es por ello, por lo que en estas fechas se inicia el momento tan deseado por miles de familias que llevarán el nombre de Cieza por el mundo gracias a su fruta.
No es, por tanto, mayo una hoja más del calendario en el año ciezano, sino que tiene un sabor y un valor entrañable, de cercanía, como lo tienen tantos hombres y mujeres que han poblado y pueblan nuestro municipio que debe su vida a un río que lo riega y lo acompaña a lo largo del tiempo. Hombres y mujeres cuyo devenir por estas calles no ha pasado desapercibido, sino que han sabido con su buen hacer, con su agradable trato, ganarse el aprecio y el cariño de sus paisanos y dejar una estela de simpatía y un recuerdo afectuoso una vez que ya se han ido para siempre.
Entre estos seres entrañables, en ocasiones, recuerdo con añoranza desde la altura de mi cima a Don Carmelo Gómez Templado. Era el prototipo de persona que se hace querer, ya que poseía ese don especial que tienen algunas personas para atraer el cariño y el aprecio de los que le rodean. Un don que no es nada fácil, pero que Don Carmelo (siempre se le llamó así) lo cultivaba perfectamente. Y de eso ha sido testigo, no solo el vecino pueblo de Abarán, sino también el nuestro. Porque una de sus peculiaridades de las que se jactaba era de ser tan abaranero como ciezano, cuando decía:
“Me siento cien por cien abaranero y cien por cien ciezano”.
Y era verdad, pues tanto arraigo tenía en un pueblo como en el otro, era tan devoto de los Santos Médicos como del Santo Cristo, tan amante de caminar por nuestro Paseo como por la Ermita de Abarán, disfrutaba siempre de nuestra feria y de las fiestas septembrinas abaraneras… Lo que a veces le llevaba a bromear diciendo que era muy afortunado por tener dos corazones.
Don Carmelo era, ante todo, un gran conversador y donde quiera que estuviera, siempre tenía gente a su alrededor que disfrutaba con su amenidad para contar mil y una anécdotas de ambos pueblos, pues conocía a todo Abarán y a toda Cieza, pero no de manera superficial, sino en sus más profundas esencias, costumbres y personas.
Sin embargo, su personalidad era algo más que esta gracia para el trato con los demás, pues tenía una profunda formación jurídica, como licenciado en Derecho que era. Llegó a ejercer en varios juzgados de la región y, junto a esa faceta, desarrolló una gran formación humanística que le llevó durante un tiempo hasta la calle Cadenas, donde trabajó como maestro en el Colegio Isabel la Católica, aquel antiguo colegio de tan gratos recuerdos para los niños que allí se formaron procedentes no solo de Cieza, sino también de Abarán y Blanca. Además, Don Carmelo destacaba porque poseía una profunda formación musical, que procedía de su apellido Templado, pues era sobrino del célebre compositor abaranero David Templado Tornero y hermano de Luis Gómez Templado, quien fue director de la Banda Municipal de Música de Cieza, cuando esta se fundó en 1924. Afortunadamente, su talento musical le llevó a ser, entre otras cosas, director del Orfeón Cristo del Consuelo, con el que en los años 50 dio a conocer el nombre de Cieza por muchos escenarios de manera triunfal, llegando a cosechar premios como el del prestigioso Certamen de Habaneras de Torrevieja. Pero, no acaba aquí su vertiente musical, pues compuso la famosa Jota de Cieza “El Chrirripirín”, con la que quiso imitar la onomatopeya del sonido del agua al chorrear, siendo esta pieza musical quizás lo que más ha inmortalizado su figura, y que con tanto cariño interpreta en muchas ocasiones dentro y fuera de España el Grupo de Coros y Danzas Francisco Salzillo de Cieza.
Un hombre, por tanto, poliédrico, de una rica y variada personalidad, al que recordamos, entre otras cosas, porque lleva su nombre el auditorio de nuestro Conservatorio de Música Maestro Gómez Villa. Reconocimiento más que merecido a una persona que supo compaginar una profunda formación humanística, jurídica y musical con un espíritu entrañable, lo que contribuyó a hacer la vida un poco más feliz a los que tuvieron la dicha de conversar y compartir un trozo de sus vidas con él.
Carmelo, es algo especial en mi familia que he formado con mi mujer Mª Pilar, la familia que formaron mis abuelos Jesus Vazquez Moreno «MONIQUI» y Dolores Garcia Piñera «LA PININA» y continuaron mis padres Rafael Lorenzo Claramente «Rafael el de la fabrica de Genero de Punto» y Manuel, conmigo,a Vazquez Garcia «La Pinina». Viviamos en la calle Larga, 22 frente a la Virgencica.
Nuestro Cariño era y es tan grande, que hasta mis nietos lo conocen sin haberlo visto fisicamente.
Cuando me casé en Zaragoza 1.972 el fue el único testigo y mi extraordinario de mi matrimonio. El viajó por todo los Pirineos, conmigo, Navarros, Aragones y Catalan, Conoció Aragon pueblo por pueblo y Navarra, pueblo por pueblo hasta que se murió.
Estuvimos, para guardar su mejor imaginen, en la clínica de Murcia antes de que falleciese.
Yo recuerdo, cuando escribió la letra de» Cristo Bendito Gloria de Cieza». Lo hizo en agradecimiento al Santo Cristo, por facilitar la llegada o regreso de su hermano Luis; exiliado. Luis hizo la Música también en agradecimiento a los Ciezanos por la Unanimidad en firmar y solicitar el regreso.
Luis vió a sus padres vivos.
Gracias por hacerme recordar tantas cosas de mi CIEZA y cuando regrese de mi vacaciones te buscaré en Cieza para conocernos.
En Pamplona tienes un familiar numerosa, que te aprecia y te espera.
Pepe Jesus
Hola, Pepe Jesús:Espero que estés bien. Acabo de leer tu comentario. Perdóname. No lo había leído antes. Me parece conmovedor. Gracias a ti por leerme. Espero que estés muy bien.Un saludo y hasta pronto, ciezanico.