Deconstruyendo el Estado de Derecho
Ya estamos inmersos en el inicio del curso; a tope; llegó el día. El curso escolar, el curso político, el fin de las vacaciones (quien tenga) y la vuelta al trabajo… comienza el verdadero año natural, que, en mi opinión, se inicia a primeros de septiembre y no de enero, como marca el calendario. Agosto solía ser un mes inhábil, a todos los efectos, en multitud de sectores, incluido el político; aunque este año la actividad informativa apenas ha reposado unos pocos días. Una de las noticias más graves, y que al mismo tiempo ha pasado más desapercibida, a diferencia de otras chorradas que no deberían interesar a nadie excepto en programas de cotilleo, es el anuncio de Sánchez Pérez-Castejón de que con la financiación diferenciada y privilegiada de Cataluña se avanza hacia un estado federal. Dos consideraciones: la primera, que un gobierno no puede pretender modificar nuestro sistema político con una mayoría simple, por la puerta de atrás, sin consultar a la ciudadanía y contraviniendo la Constitución; la segunda, que legislando en ese sentido no nos acercamos a un sistema federal, que era más o menos el de las autonomías, dado que en una federación se presupone la igualdad entre los estados federados, sino que se avanza a pasos agigantados hacia un estado confederal, es decir, con privilegios diferenciados entre territorios. Nadie nos ha preguntado si estamos de acuerdo, aunque, después de seis años, creo que ninguna persona debería llevarse a engaño ante la forma de actuar de este gobierno.
Acabado el verano y repuestas fuerzas, no han tardado ni un día en tomar otra de esas medidas que a algunos nos ponen los pelos de punta, luego explicaré por qué. Se trata del nombramiento del ministro titular de dos carteras en los Gobiernos sanchistas como gobernador del Banco de España. Es decir, que seguimos permitiendo que un partido político colonice las instituciones. Y digo colonizar porque el propio PSOE emitía un comunicado en 2014, utilizando la palabra colonizar, pidiendo justamente lo contrario, es decir, situar personas independientes o de consenso que puedan realizar su labor específica de forma coherente y sin quedar al dictado de quien te ha nombrado. Además, en este caso, con el principal partido de la oposición en contra de dicho nombramiento. ¿De qué sirve gastar tanto dinero en una institución de la que nadie se va a fiar? Hasta ahora, el Banco de España preparaba informes, como es su obligación, exponiendo la situación económica del país, entre otras tareas. Obvio. Ahora, que este señor ha pasado del ministerio a la presidencia del Banco de España, ¿quién se va a creer nada de lo que diga que favorezca al gobierno? Ya tiene antecedentes Escrivá, puesto que cuando estaba al frente de la AIReF decía y proponía unas medidas, y cuando llegó al ministerio fueron las contrarias. Igual que la ministra Delgado, quien pasó del ministerio a la fiscalía en un pispás. No hace falta que lo repita de nuevo, ¿verdad?, pues nadie lo explicó con mayor cristalinidad que el propio interesado: ¿De quién depende la fiscalía? Pues eso. Así vemos como el fiscal general trabaja más como abogado defensor del gobierno que en su función real. Otro tanto pasa con el otrora prestigioso CIS, ¿quién se cree ya ninguna de las encuestas o estudios que publica? Junto al descrédito que acumula tras fallar en las previsiones de todas las elecciones celebradas hasta la fecha, a diferencia de las empresas demoscópicas, quienes se juegan su propio dinero, las cuales si suelen quedar más cerca del resultado real. Y así sucesivamente.
Hay todavía un motivo más importante por el que preocuparse, al que le preocupen estas cosas, que deberíamos ser todos, no comportándonos como idiotas, en el sentido que le daban en la antigua Grecia a este vocablo. En estos últimos años, al PSOE le ha costado un gran esfuerzo acaparar el poder político para el propio gobierno con esta forma de actuar. Sin embargo, ¿qué pasará mañana? Más pronto que tarde este aventurero de la política será historia; ¿con qué autoridad podrá nadie censurar estas prácticas? Quién sabe si dentro de un par de años no surge un partido extremista que consigue hacerse con el poder. En las condiciones actuales no tendría ningún impedimento para realizar todos estos nombramientos desde el primer día y tener controlado el Tribunal Constitucional, a los jueces, a la fiscalía, los medios de comunicación públicos, la opción de censurar a los privados, entre otros puestos de poder supuestamente independientes. ¿Quién quedará para controlarle y supervisarle? Dicho partido lo tendría facilísimo para perpetuarse en el poder, le han abierto el camino dejándolo expedito hacia el autoritarismo. En estos momentos en Venezuela se ha podido comprobar de forma nítida: han perdido las elecciones de forma abrumadora, sin embargo, ellos dicen que las han ganado y la presidenta del tribunal supremo que ellos mismos nombraron ha ratificado que es así. Ante eso, nada se puede hacer dentro de la legalidad, solo queda echarse al monte y derramar la sangre propia por un poquito de libertad. Por lo que sea, muchas personas son así, prefieren sacrificarse y sufrir penalidades antes que vivir sin libertad. Ya saben, lo que dijo aquel guerrillero hace bastante más de 60 años: “Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”. Fue el mexicano Emiliano Zapata, por cierto. Cosas de la desinformación, como lo llaman ahora, por si acaso pensaron que fue otro.