Editorial

EL COVID-19 EN CIEZA Y EL PERIODO VACACIONAL

La pandemia no termina de dejarnos respirar. Según apuntan los datos, llevamos una semana de ligero incremento. Todavía no es perceptible, pero quizás si es algo a tener en cuenta. Cuando apenas acabábamos de creer que la tercera ola quedaba atrás, estos indicios, a pesar de parecer alarmistas, nos hacen reflexionar sobre las posibles consecuencias.

Ya hemos padecido mucho con esta terrible situación que empezó hace un año. Por ello, toda precaución es poca. Se han tomado medidas con respecto a este periodo vacacional próximo: la Semana Santa está suspendida y hay cierre perimetral entre comunidades.

Sin embargo, uno de los grandes problemas que se ha apreciado durante la pandemia es la actitud de la ciudadanía. Cuando se han relajado las medidas restrictivas, parte de la población ha pensado que todo había finalizado. Además, las medidas impuestas en este periodo vacacional nos parecen laxas, ya que sería conveniente establecer un cierre perimetral también entre municipios y no solo entre comunidades. Debemos tonar nota de lo que pasó en Navidad y no confiar en el “buen hacer” y la responsabilidad de la ciudadanía (no toda en su conjunto), ya que por el momento ha resultado baldío. Y, por supuesto, no se debería permitir la llegada de vuelos internacionales, puesto que esta afluencia de turistas, aparte de no ser conveniente, no “salvará” la economía nacional. Sería aconsejable intentar recuperar la economía turística en verano, si las condiciones son las adecuadas, y si no es así pues tampoco. Si no hay salud no será posible un resurgimiento económico, por otro lado muy necesitado.

En el espectro político regional, tan removido últimamente, cabe destacar otro efecto colateral de la fallida moción de censura: el posible otorgamiento de la Consejería de Educación y Cultura a una de las tránsfugas de Vox, en pago, nuevamente, de los intereses políticos de López Miras por mantenerse en el poder, a toda costa, sin importar las consecuencias.

Otorgar dicha consejería a los tránsfugas ya ha contado con el rechazo de la comunidad educativa y del sector cultural de la Región de Murcia, quienes se han manifestado al respecto. Aunque cabe preguntarse por qué está interesado dicho sector en acaparar esa consejería. La respuesta es evidente: para adoctrinar a los alumnos y censurar las iniciativas docentes. Si López Miras comete ese error quedará en las manos de la derecha más reaccionaria; aunque viendo las actuaciones de las últimas semanas es evidente que al presidente regional solo le interesa aferrarse al cargo, a pesar de todo y ante todo.

 

 

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