¿Convicciones o conveniencias?

Antonio-Balsalobre-cronicas-siyasaEn política pasa lo que en la vida; que se puede vivir de convicciones o de meras conveniencias. Nada descubriré si digo que el mercadeo de intereses es más usual y rentable que vivir conforme a firmes creencias y arraigados principios.

De momento, Pedro Sánchez y sus compañeros de este viaje inesperado e incierto, parecen dispuestos a casi todo. Ya sabemos algunas cosas: Pablo quiere la propaganda; es decir, Radio Televisión Española. Incluso se conformaría con el telediario de las tres. Nada sorprendente pues no hay régimen bananero o en apariencia democrático que desprecie el poder de la verdad manufacturada. Los servicios sociales, la política de vivienda, la educación o la sanidad son menesteres de románticos. Los servicios de inteligencia y la verdad publicada son más del gusto del podemita.

El Sr. Iglesias abandona su disfraz cuando la ocasión lo merece. En Los Goya viste de gala. Se comprende. Quienes enmudecieron cuando Marta Sánchez animaba a nuestros infantes de marina en la guerra del Golfo de Bush padre, berrearon como posesos cuando la guerra del Golfo de Bush hijo. En la primera, el Sr. González debió mandar a la cuadrilla de la Señorita Pepis. En la segunda, Aznar El Maligno, envió a soldados aguerridos y prestos a pegar tiros a diestra y siniestra. ¿Para cuándo una película que cuente la crueldad y la infamia de la II República? Porque, en términos históricos, la guerra civil hay que entenderla a la luz de aquella siniestra república. ¿Habrá algún cineasta y productor con los suficientes atributos masculinos? Me temo que no. Andarán liados en la enésima peli de la Guerra Civil donde habrá unos mu malos y otros mu güenos. Menudos culturetas. Ven la paja a la diestra pero ignoran la viga a la siniestra. Supieron decir, una y mil veces, No a la Guerra pero no recuerdo no haber escuchado No a ETA. En ocasiones, con ministros del PP, se comportaron como pésimos anfitriones, haciendo gala de una descortesía inaceptable. Más tontos los ministros peperos por aistir a estas charlotadas.

Hace escasas fechas, Pablo Iglesias, actuando como vicepresidente en la sombra, se enfundaba una americana como muestra de respeto al xenófobo de Quim Torra. El molt Honorable, auténtica vergüenza para Cataluña, ha escrito expresiones del siguiente tenor:  Sobre todo, lo que sorprende es el tono, la mala educación, la pijería española, sensación de inmundicia. Horrible.Vergüenza es una palabra que los españoles hace años que han eliminado de su vocabulario. Los españoles solo saben expoliar. Los del PSC, pobres, hablan el español como los españoles. Fuera bromas. Señores, si seguimos aquí algunos años más corremos el riesgo de acabar tan locos como los mismos españoles.

Solo un racista y un supremacista redomado como Quim Torra, que debe haber bebido de fuentes sabino-aranesas, está en condiciones de pensar  en voz alta disquisiciones tan hediondas.

Mas, cuando se trata del Jefe del Estado (que, por Derecho, a todos representa), lo hace en mangas de camisa. El Sr. Iglesias no es más que un maleducado contumaz y un demagogo patológico. No se fíen jamás de quien solo respeta aquello en lo que cree y desprecia cuanto detesta o ignora.

Estaba dispuesto a concederle al Sr. Sánchez cien días de cortesía mas lo acaecido hasta ahora me obliga a intervenir. Por lo que ya sabemos, su programa de gobierno consiste en aumentar los impuestos, acercar los presos del procés a Cataluña, los criminales de ETA a Euskadi y exhumar a Franco y a José Antonio. Mientras, ataviado azarosamente con aquella camiseta de Barcelona 92, corría por los aledaños moncloítas, debió ver la luz. O quizá fue cuando, a lo Kennedy, se dejó querer por aquella cámara de altos vuelos.

Me niego a creer que el PSOE, gran y centenario partido, no tenga entre sus filas a alguien de verdadera talla.

No se canse, Sr. Sánchez. Por muchos gestos, guiños y prebendas que dispense a los nacionalistas, jamás quedarán saciados. Pedirán más; una y otra vez. Clavarán sus incisivos en la yugular y no pararán hasta dejar desangrada a su víctima. Vascos y catalanes siempre se han sentido más altos y más guapos; no quieren la igualdad pues parecerse a charnegos, maquetos y demás españolitos les debe resultar denigrante. Anhelan distinción y privilegios. No les falta razón. ¿Por qué habrían de ser menos que los navarros?

No negaré que España precisa una refundación pero les aseguro que bien distinta de la que piensan quienes mal la quieren.

Dice el gobierno (que debe tomarnos por imbéciles) que el acercamiento de presos a Euskadi comenzaría por los mayores de setenta años y por los enfermos graves. Diré, para quien no lo sepa, que la Ley ya contempla la excarcelación de enfermos terminales con patologías y enfermedades inequívocamente irreversibles; con lo que uno de los motivos esgrimidos es innecesario. A menos que se quiera utilizar como mero pretexto para trasladar criminales con sinusitis y resfriados. En cuanto a los convictos septuagenarios, permítanme una pregunta al aire: ¿De los casi mil asesinados por ETA, cuántos llegaron a cumplir setenta años? Imagino que los familiares de los asesinados por ETA peregrinarán, con asiduidad, a los camposantos para depositar flores en las tumbas de sus allegados. Nada ha de pasar si las familias de los etarras encarcelados hacen algo de turismo para visitar a quienes, vil y execrablemente, truncaron las vidas y sueños de españoles inocentes.

La banda de la boína y la serpiente pidió perdón. Bien. Se agradece que dejen de matarnos y, además,  reconozcan el error. Todo un detalle. Es lo menos que podían hacer pero, no por ello, deben condonarse o suavizarse las penas porque, de hacerse, se estaría reconociendo la naturaleza de conflicto político  donde no ha habido ni conflicto ni política. La verdad es otra y bien simple. ETA y su entorno no han sido otra cosa que una banda de exhaltados criminales, que hicieron del delito su forma de vida y de la locura su leitmotiv. Mil muertos después, llegados a las instituciones y saboreadas las mieles crematísticas del poder, debieron pensar que la democracia no era tan mala como la pintaban.

Cualquier decisión estratégico-política que afecte a la política penitenciaria de los presos de ETA debe contar con el visto bueno de las familias de las víctimas. Ellos pusieron los muertos y el Estado, al menos, debe poner la decencia.

No quisiera parecer dramático pero España y los españoles tienen, tenemos, enemigos muy preocupantes: la corrupción económica y moral, el populismo más desvergonzado, el revanchismo más rancio y la irreponsabilidad más indolente.

Miro a un lado y a otro y es desolación lo que siento. Añoro a una España unida y fuerte, en la que la igualdad de los españoles sea real y efectiva. Sueño con el día en el que las clases medias y bajas, decentes y trabajadores, recuperen la dignidad y sosiego que por ley natural y positiva les corresponde. Suspiro por una  sociedad culta y civilizada que mire al futuro sin olvidar su pasado. Españoles maduros, curtidos en mil batallas, que nada hayan de demostrar a nadie ni a sí mismos, que nada esperen pues ya todo lo hicieron, deberían dar un paso al frente para aportar su oficio y amor por España. Porque, para estas imberbes generaciones de pusilánimes y atolondrados, España es la excusa y no el motivo.

Fdo. José Antonio Vergara Parra.

 

 

 

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