Ciezanos al pie del cañón

REPORTAJE

Rescatamos los testimonios de muchas de las personas que están cuidando de todas las demás ante la crisis generada por el coronavirus Covid-19

Miriam Salinas Guirao

Tú que me lees, no decaigas. Desde casa, cuidando de otros, y fuera, cuidando de todos. Millones de personas se enfrentan a la nueva situación, a la crisis generada por el coronavirus Covid-19 y lo hacen con todo el arrojo. Pasarán días más grises, otros de luz, pero al final se trata de cientos de esfuerzos para frenar la pandemia.

Desde el sector sanitario nos llega el testimonio de Asunción López Lucas, auxiliar de enfermería en el Hospital Psiquiátrico Román Alberca. Esta ciezana está realizando turnos de 24 horas “para poder estar menos expuesta y volver, supuestamente, en 9 días pero con el móvil siempre a mano porque esto puede cambiar en cualquier momento…”. Ella a veces no puede creer esta situación: “Esta es una locura real que tenemos que llevar con la máxima paciencia y positividad posible, pensando cada día que es un día menos para que pase, pero siempre positividad,  también dándonos el derecho de hundirnos y llorar hasta que nos desahoguemos porque somos humanos”. Asunción cree firmemente que en estos momentos se puede ver que “hay gente dispuesta a todo por ayudar. Esta batalla la ganaremos unidos”.

También desde el sector de la salud, el médico, Daniel Lucas Aroca, coordinador de un equipo de Urgencias en un hospital privado de Murcia. Él se siente muy orgulloso de poder desarrollar su trabajo día a día, pero más todavía de su equipo, “comenzando por el administrativo que toma los datos de cada paciente, pasando por limpiadoras, celadores, auxiliares, enfermeras, médicos, cocineras que acuden a su puesto de trabajo como auténticos profesionales”. Pide “por favor”, que “hay que quedarse en casa a no ser que sea estrictamente necesario acudir a un  hospital. Es la única manera de combatir esta maldita pandemia y evitar el caos general. No disponemos de vacuna ni de inmunidad en la población, con lo cual, la única manera de generar una ‘vacuna natural’ es proceder de esta forma, con un aislamiento absoluto”. Daniel asegura que “es momento de aportar, no hay que buscar culpables ahora ni hacer críticas destructivas. Vamos a remar todos hacia un mismo objetivo y ya habrá tiempo de mirar hacia atrás y ver qué hemos hecho mal. Esto es cuestión de todos. Todos somos parte de la cadena”.

Desde el sector de la enfermería, G.J.S. confiesa que su trabajo está siendo “más estresante y con más carga de trabajo. También con miedo debido a la responsabilidad que conlleva ser personal sanitario durante esta pandemia”. El desarrollo del trabajo se está haciendo más complicado porque “no disponemos de los recursos necesarios: mascarillas, EPIs, gafas, etc. Y así se pone en riesgo la salud de los trabajadores, la de los pacientes y la de nuestra familia. Nos enfrentamos a un virus nuevo que nos adentra a lo desconocido y a la incertidumbre”.

«Yo sé que voy a contagiarme», desde un almacén de frutas, una ciezana lanzaba este mensaje. Sus compañeros y ella tienen mucho miedo porque están todos juntos trabajando muy cerca: «Nos dieron solo una mascarilla de papel. Y dijeron que esto es lo que había, que si no nos gustaba firmáramos la baja y nos fuéramos, y no decimos nada por miedo a perder el trabajo». Ellos están trabajando desde las 8:00 hasta las 20:00 horas, de lunes a sábado. Cuando salen ‘se las ven’ para poder ir a por comida. No solo eso, al llegar a casa tienen más: las tareas y la atención a los pequeños -o con quién dejarlos-, y a los mayores.

Jesús Muñoz Segura es camionero. Él declara que la situación en su profesión está siendo “más o menos igual pero con más atrasos, las empresas están abarrotadas. La gente piensa que va a faltar comida y eso no va a pasar, por suerte, y los camioneros no van a parar. Tampoco medicamentos. El problema es que no disponemos de lugares en los que tomar algo. Desde Cieza a Zaragoza solo hay dos que te dan la comida; y te lo dan en una bolsa y te lo tomas en el camión. En los aseos en muchas gasolineras no nos dejan ni entrar”.

Domingo Méndez Guardiola es transportista de mercancías perecederas y su sector está un poco desbordado por la gran demanda de alimentos que hay: “Estamos trabajando más horas de lo normal incluso fines de semanas y días de fiesta pero es una situación bastante excepcional y esperemos que acabe pronto. Lo llevamos con mucha calma y paciencia: sabemos que todavía queda mucho por hacer. Y extremamos todas las precauciones y usamos todas las protecciones oportunas”.

Rubén López Quijada trabaja como bombero. Su trabajo se está desarrollando con “una mayor quietud en comparación con lo que viene a ser una rutina diaria antes de establecerse el estado de alarma”, aun así han tenido intervenciones en incendios que se han provocado en viviendas precisamente en la localidad de Cieza.  Ha habido “cambios radicales”: distancias de seguridad en los cambios de guardia, desinfectando cualquier material que se manipula y se ha creado una zona de seguridad donde no se entra con calzado del exterior: “En definitiva hacemos una vida diaria allí de forma individual, antagonista a como nos comportamos, pues precisamente nuestro trabajo se caracteriza por el buen compañerismo que existe entre todos”. Rubén cuenta que “un bombero es como una navaja suiza”, en sus funciones cabe desde la extinción de incendios hasta rescates. “Tenemos que estar concienciados de que no podemos bajar la guardia lo más mínimo, ya que detener la propagación es tarea de todos, nosotros intervenimos, convivimos 5 personas 24 horas al día, pero luego cada uno regresa a su casa y es donde ese bombero entra en contacto con su familia. Tenemos muy claro que las medidas adoptadas son drásticas pero necesarias y nosotros como cuerpo al servicio del ciudadano debemos de ser ejemplo en el cumplimiento de las mismas”, recalca Rubén. Él se está adaptando bien, hace deporte diario, lee, cocina y ve alguna serie, aunque reconoce que “la parte más negativa” es que no puede disfrutar de la compañía de su hija: “Pero uno piensa en su bienestar y en velar por la seguridad de todos. Centro la mente en que tenemos mucho tiempo por delante, proyectos y en realizarlos una vez solventemos esta etapa”.

Pedro Ríos García es policía local. Para él la situación se está viviendo “con tensión y con el plus de complicación que conlleva”: “Desde la Policía Local procuramos mantener una imagen de seguridad y de calma y sobre todo, poder dar respuesta a las demandas que nos llegan, principalmente de información.

Intentamos estar actualizados porque va cambiando la situación y la legislación, tanto desde la Comunidad, como desde el Estado. Se trata de estar actualizados para poder dar respuestas a las cientos de preguntas que nos llegan todos los días”. Pedro sostiene que desde Policía Local están “intentando suplir las cosas que van viniendo, teniendo en cuenta que se trabaja bajo presión, una continua presión”. Lo combaten con más compañerismo, buscando lo positivo y tratando trasladar ese positivismo y esas ganas a la gente con la que tratan. “De estos días saco muchas cosas positivas, le encontramos más sentido a las palabras ‘servidores públicos’. Algo positivo dentro de este caos”. Hay menos accidentes de tráfico, menos mediación entre particulares, “nuestro trabajo diario cambia bastante, pero las intervenciones son con personas muy vulnerables, con colectivos que lo están pasando muy mal, su situación se agrava e intentamos estar a la altura y acompañar y dar solución, ser un brazo de las concejalías y una herramienta para ellas”. Están doblegando esfuerzo para poder abarcar más allá del trabajo diario: “Nos enfrentamos a una situación que ha cambiado en la calle y tratamos adaptarnos y sacar lo mejor de nosotros para solucionar los problemas diarios y los nuevos problemas de esta situación, con ganas y con fuerza para que acaben lo antes posible”.

Tú que me lees, no decaigas. Desde casa, cuidando de otros, y fuera, cuidando de todos. Esto lo pararemos juntos.

 

 

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