Fotografía de Fernando Galindo
La conmemoración de moros y cristianos está siendo un éxito de afluencia de espectadores
Javier Gómez Bueno
Cieza se encuentra inmersa en la Fiesta del Escudo ‘la Invasión’, una añorada conmemoración durante las dos últimas ediciones que no se pudo celebrar debido a la pandemia del coronavirus, que recrea el saqueo de las tropas nazaríes del Reino de Granada sufrido por la localidad en 1477.
Por ello, las mesnadas cristianas y las kábilas musulmanas están siendo recibidas por una gran multitud de ciezanos y visitantes, que se han volcado con la celebración. Las calles de la localidad desprenden vida y color con el evento.
Este viernes, como prolegómeno, tuvo lugar el acto de entrega de poderes, por parte del acalde Pascual Lucas, al comendador de la villa en la plaza Mayor y la apertura oficial de las celebraciones de moros y cristianos.
Y este sábado se llevó a cabo, por la mañana, el ‘Pasacalles’ de las mesnadas y las kábilas, partiendo del centro neurálgico donde se encuentra instalado el campamento, la Plaza de San Bartolomé, hasta llegar a la Plaza de España, donde se realizó la ‘Tronaera’, un espectáculo pirotécnico muy apreciado por los ciezanos y ciezanas. Posteriormente, por la tarde, se escenificaron ‘La Invasión’, en el Puente de Hierro, y del ‘Traslado de Rehenes a Granada’, recorriendo las calles del casco antiguo hasta llegar al Balcón del Muro.
Para hoy, que se clausura la fiesta, a las 13:00 horas, está previsto que se realice el ‘Homenaje a la Muda’, que según la leyenda fue la persona que dio el aviso de que las tropas nazaríes llegaban a Cieza, y el ‘Gran Desfile de Fin de Fiestas’, a las 18:30 horas.
De esta forma, este fin de semana, Cieza se encuentra inmersa en el ambiente del final de la Baja Edad Media, tránsito hacia la Edad Moderna: el casco antiguo de la localidad desprende un color especial con el campamento, el mercadillo medieval y las actividades que conmemoran un hecho que marcó el devenir de la Historia de Cieza.