Cieza acogió el mágico solsticio de verano

   Imagen de Cieza.es

Recrearse con una actuación de tanguillos y tientos en la Esquina del Convento o asistir a la representación teatral de ‘Las brujas de Guajalote’ en el Paseo son dos experiencias únicas y sorprendentes que se pudieron disfrutar en Cieza, donde por primera vez se celebró este viernes la llegada del verano

Crónicas de Siyâsa/Cieza.es

Música clásica, habaneras, flamenco, jotas, boleros, teatro y danza. Todos los tipos de manifestaciones artísticas tuvieron su momento en la programación del solsticio de verano. Ésta fue la propuesta que lanzó la cita para la primera edición de una celebración organizada por las concejalías de Cultura y Juventud del Ayuntamiento de Cieza.

Todo en el eje Esquina del Convento-Paseo era contraste y magia, y más aún si el espectador se concedía el placer de pasear al atardecer por este lugar, en el que actuaciones musicales alternaban con bailes y escenificaciones callejeras en el corazón de la localidad, el espacio público ideal para contemplar cómo el manto de la noche más corta del año se extendía lentamente.

Asociaciones, colectivos y entidades locales se repartieron un total de once propuestas culturales en las que predominaron los elementos imprescindibles de una fiesta para recibir al verano. Hubo de todo para disfrutar como nunca del solsticio de verano. El sentido del oído guiaba las paradas que realizaba la gente.

El recorrido comenzaba en la Esquina del Convento con un espectáculo de tanguillos y tientos a cargo de los alumnos de flamenco del Centro de Folclore. Quinces minutos después, y en el mismo lugar, la Academia de Danza Lola Navas sorprendía al público con fragmentos del célebre ‘El lago de los cisnes’.

Caminando hacia la calle Esparteros, ya se escuchaba el delicado sonido de unas flautas. Alumnos y profesores del Conservatorio Maestro Gómez Villa interpretaban piezas de autores clásicos. Llegar a tiempo al concierto de boleros, en la calle Padre Salmerón, resultaba cautivador. Allí se encontraba el grupo Boscoleros, con un repertorio que hizo las delicias de los presentes.

Desde la terraza de una conocida heladería, mientras los clientes disfrutaban de un granizado de avellana, y mientras resonaba de fondo el sonido de oboes y trombones en la terraza de la Biblioteca Municipal Padre Salmerón, se podía asistir al inigualable espectáculo de un crepúsculo que difuminaba el perfil de la Atalaya.

De la ‘Jota de Cieza’, ejecutada de forma brillante por el Grupo de Coros y Danzas de Cieza, a los acordes de la Banda Municipal de Cieza que dirige Ginés Martínez Morcillo. El recorrido podía diseñarse con tantas paradas como sólo una programación municipal indudablemente bien elaborada era capaz de ofrecer.

Entre las propuestas más apetecibles que ofrecía el comienzo del verano estaba una ruta guiada al Lavadero de la Fuente que bajo el título ‘Tradiciones y leyendas en la noche de San Juan’ corrió a cargo de Stipa. Sesenta personas se adentraron en la historia de este elemento etnográfico recuperado recientemente por el Ayuntamiento de Cieza.

No resultaba fácil sustraerse al ambiente de la calle Padre Salmerón, con un recital de habaneras y polifonía popular a cargo del Coro de Cámara Capella Ad Libitum, pero valía la pena hacerlo para acercarse hasta el Paseo y asistir a la representación teatral de ‘Las brujas de Guajalote’ de la Asociación Cultural Creadero.

La despedida de una noche tan especial se hizo a lo grande, con una suelta de globos blancos. A la misma hora, y en el mismo lugar, Sol y Son ofreció un concierto de rumbas y flamenco que puso a bailar a más de uno. Noche amplia en Cieza. Muchos lugares, muchos ambientes. La velada ofreció una bonita síntesis de esfuerzo artístico, espectáculo y cultura.

 

 

 

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