Cánticos de niñatos, por María Bernal

Cánticos de niñatos

Lo que ha ocurrido en el Colegio Mayor Elías Ahuja no es un hecho puntual, mucho menos normal; espeluznante es que cataloguen esto de tradición y cultura; incomprensible es que haya personas que intenten argumentar que estas sandeces son temas de jóvenes, y carente de toda lógica es la defensa a ultranza que han hecho las chicas del Mónica, el otro colegio mayor implicado en este show de “son cosas de niños”.

Esto se revela ahora, pero echemos un vistazo atrás y comprobemos cómo estos nenes de papá han sido protagonistas de momentos detestables como el que hemos podido ver en un vídeo de 2010 donde las proclamas fascistas y los cánticos machistas son idioteces que esos jóvenes cavernícolas, porque después de llamar “puta” a una mujer y hacerlo viral en redes no merecen otra calificación, dominan perfectamente, haciendo de sus fiestas un lema habitual.

Esto implica que durante más de una década la bacanal clandestina entre estos dos colegios ha sido el aliciente perfecto para que los jóvenes que han pasado por allí hayan desarrollado esa supremacía y ese exceso de hombría que creen tener.

Son aficionados natos a los saludos hitlerianos, incultos que pululan por la vida a expensas de la barbarie que se produjo bajo estas descabelladas consignas. Entiendan por qué no se me pasa por la cabeza respetarlos, mucho menos compartir que todavía haya mentes perturbadas por un bando cuyos líderes han sido dictadores.

El otro escenario es el de querer normalizar esta situación. No me cabe en la cabeza que tengamos que estandarizar que un hombre llame a una mujer “puta, ninfómana o coneja”, menos puedo gestionar que estas chicas, que pretenden liarse con el pijito machista de traje y corbata y que tienen que salvaguardar el prestigio de los distintos colegios, excusen, como si de un juego de niños se tratara, a sus depredadores. Tradición lo llaman ellas, abuso prefiero catalogarlo yo.

Es inaudito que no se condenen estos actos por parte de la sociedad mediática, esa que pone el grito en el cielo cuando nos dicen que van a apagar las luces de los escaparates por el ahorro energético y, sin embargo, agacha las orejas y esconde el rabo entre las piernas cuando los nenes de papá la lían, porque como son los que estudian en un colegio mayor, pues son un referente a seguir y todos les está permitido. De hecho, es la propia presidenta de la Comunidad de Madrid la que no ha reprobado esta actitud; ella ha publicado en redes sociales que en la universidad se dan circunstancias más graves y poco o nada se dice de esto. Es Ayuso y no es capaz de gestionar más.

Hablemos ahora de cultura, aunque esta quede lejos de muchas de estas personas. Dicen que toda cultura se adquiere gracias al desarrollo de las facultades intelectuales; ahora entiendo el nivel de inteligencia que han mostrado tener estas personas con la cultura de la depredación sexual. Cultura es tener un legado literario, poder disfrutar de la diversidad lingüística de este país, poder presumir de artistas y deportistas, cultura es dibujar escenarios idílicos, pero no es berrear con fines machistas. Por tanto, ¿por qué justificar lo injustificable?

Quizás todo apunte a una cuestión de prestigio, tengamos en cuenta que el Elías es uno de los colegios más elitistas aquí en España; Pablo Casado ingresó en él cuando tenía 19 años, y que casualidad que el señor Casado, durante esa época, allá por el 2000, escribió un texto en el que daba a conocer su deseo de “ir de caza de lobas y zorras y fantasear con ser parte de una raza superior”.

Esto me da que pensar que el adoctrinamiento no se lleva a cabo en centros públicos como intenta alertar el grupo político Vox que, siendo más populista que caballero, persigue extender miedo sobre lo que sucede en las aulas de los centros públicos y en todos los sectores de la sociedad. ¿Qué lecciones nos va a dar un señor cuyo propósito político es no hacer nada? Ah, sí, quiere conseguir una “España Grande y Libre”; más fascismo y más adoctrinamiento.

Pensemos en las represalias de estos cánticos elianos en un centro público, o imaginemos que estas palabras hubieran salido de la boca de un mena, por ejemplo, no quiero pensar en el ataque y la persecución que hubiese sufrido. Porque esto es España, una tierra en la que todavía quedan muchos y muchas  cobardes, elitistas, machistas y fascistas que para más inri son disculpados por ser nenes y nenas de papá.

Urge seguir luchando en la igualdad entre personas, urge desinfectar las miradas turbias por la lacra que estamos viviendo y urge acabar con todas las consignas anticonstitucionales que tanto nos quieren imponer los de la extrema derecha con esos cantos de niñatos que nos dejan, como país, en muy mal lugar.