Canallas

Antonio-Balsalobre-cronicas-siyasaPor sobradas y desalentadoras razones, muchos de nuestros políticos y otras personalidades con  responsabilidades públicas copan la prensa, radio y televisión de nuestro país. Bajo las alfombras siempre ha debido haber suciedad acumulada mas hay motivos para una esperanza contenida; pues hay quienes parecen decididos a orear y varear tan mugrientas esteras. La metáfora cervantina se repite una y otra vez. Valerosos hidalgos de nuestro tiempo decididos a emprenderla con molinos gigantes y poderosos. Lástima que el desenlace, por lo común, sea idéntico en ambos casos. Esas aspas, volteadas por un viento favorable, suelen salir airosas de semejantes envites.

No importa demasiado pues es propio de caballeros, andantes o sedentes, recuperar el aliento y emprender nuevas y justas cruzadas.

Está bien que pongamos el foco en lo público, que es de todos y a todos nos afecta. Pero hemos desantendido lo privado, lo particular; por ceer erróneamente que en nada nos concierne. Lo que me lleva a considerar otra duda no menor: ¿Son los políticos un reflejo de nuestra sociedad?, o, ¿acaso el resto de mortales somos un dechado de virtudes?

He visto y oido lo suficiente como para ser pesimista. La romántica y resignada percepción del español como un pícaro redomado me provoca naúseas incontenibles que solo mediante la escritura consigo apaciguar. No se equivoquen. En el mundo de la empresa, de la cultura, del deporte y de cualquier otra disciplina humana hay canallas. Indigentes morales que solo buscan el enriquecimiento y poder desproporcionados a cualquier precio. Poco o nada les importará el quebranto o perjuicio económico causado a la empresa que paga sus salarios; les será indiferente el detraimiento de beneficios, el fraude al fisco o el desprestigio de la marca para la que trabajan; se desprenderán de cualquier talento si atisban riesgo para sus fechorías; negarán el pan y la sal a los quintos de las trincheras mientras ellos aletearán en una bacanal de placeres frívolos y mundanos. Procurarán corromper a los cercanos pues, una vez entrelazados por el escroto, serán menos vulnerables. Sabido es que la boñiga une bastante.

La corrupción política distrae una enormidad de recursos públicos y el envilecimiento es generalizado. Tampoco podemos cuantificar el perjuicio económico y moral de la podredumbre privada pero imagino que será descomunal.

A unos y a otros quisiera decirles algo. No importa cuánto y qué compréis con el fruto de vuestras  deslealtades o que aparentéis lo que jamás lograréis ser. La dignidad, la clase, el respeto, la paz interior y todo cuanto, en verdad, merece la pena no se adquiere en los mercados que soléis frecuentar.  Harto improbable que algunos de vosotros leáis estas letras y, de hacerlo, os imagino sonrientes y sarcásticos. No espero que lo entendáis; sería mucho pedir. Creed que todo cuanto os rodea nada es salvo una pesada carga. Cuando emprendáis vuestro último viaje, si todavía conserváis el juicio, caeréis en la cuenta que vuestras pertenencias no se pueden facturar. Como todos, partiréis libres de equipaje y en las almas supérstites sólo anidará lo que de bueno hubieseis cultivado en vida.

No hablo que quienes cometen errores (que somos todos), como tampoco de aquellos que, tras dejarse seducir, hicieren sincera contrición y enmendasen  la senda. Mis pensamientos son para los amorales, para quienes carecen de la más mínima empatía, para los malvados, miserables y demás canallas que, con sus acciones u omisiones, representan un evidente peligro para la bonhomía y grandeza colectivas.

La bondad, para ser persuasiva, debe ser beligerante porque, de lo contrario, el mal saldrá victorioso.

Esta vieja patria anda muy necesitada de próceres cervantinos que, cuan orates maravillosos y henchidas sus almas, luchen contra todo agravio y desmesura. Sabed, vuesas mercedes, que es honra y dignidad lo que el pueblo os demanda.

El pueblo llano y bueno, cuán sensato y fiel escudero, os seguirá allí donde sea menester en espera de que el villano pague sus culpas y  el menesteroso acaricie las estrellas.

Fdo. José Antonio Vergara Parra.

    Ex-Alcalde de Cieza.

 

 

 

 

One thought on “Canallas

  1. José Luis Vergara

    ¡BRAVO!

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