Basta ya, por Diego J. García Molina

Basta ya

El gobierno ha vuelto a soltar, por boca de la secretaria de infraestructuras Isabel Pardo de Vera, la bomba de poner peajes en todas las carreteras, empezando por las autovías, textualmente: “es imperativo no aplazarlo más”. Para empezar, escudándose en una mentira, la cual es que el modelo de “pago por uso” es una solución al “creciente déficit” en la cuestión de conservación de las carreteras. Es mentira porque con lo que se recauda entre multas, trámites de la DGT, otros impuestos como de circulación, matriculación, ITV, etc., hay dinero más que suficiente para ampliar la partida destinada al mantenimiento de la red de carreteras. Ha añadido que los 1.400 millones de euros que destinarán en el año 2022 los Presupuestos Generales del Estado para el mantenimiento de las carreteras son «insuficientes», por lo que necesita que los ciudadanos aportemos más dinero. El dato que parece desconocer es que la DGT es uno de los pocos organismos con superávit y la mayor parte del montante de esa riqueza que genera se transfiere directamente al estado para otros gastos. Por poner un ejemplo, en 2019 realizó una transferencia de 622 millones para que el gobierno lo asigne a otras partidas que no están relacionadas con la seguridad vial. Si añadimos esos 622 millones a los 1.400 tendrían más de 2.000 millones de euros, imagino que en esta ocasión si sería suficiente.

Otro de los argumentos que utiliza es “bajo el principio del cobro al usuario pagador y también del principio de quien contamina paga». Vale, eso quiere decir que están preocupados por la contaminación, mas, ¿qué hacen para solucionarlo? Obviamente continuar sableando al ciudadano indefenso ante estos abusos (intente no pagar una multa o a hacienda, a ver que sucede). Por poner un caso cercano sobre esa preocupación sobre la contaminación, en Murcia se reducen las líneas de autobús, han quitado el tren de cercanías durante un mínimo de tres años en la región, obligando así a esos usuarios a utilizar su vehículo para desplazarse a sus puestos de trabajo o estudio. Imagino que todo el mundo conoce los atascos kilométricos que se producen a diario en todos los accesos a Murcia capital. Todos los días tenemos horas y horas de miles de coches avanzando a velocidades reducidas, que es cuando más gases contaminantes expulsan los vehículos; y concentradas en el mismo sitio, aumentando la contaminación ambiental, una de las más altas de España. ¿La solución es cobrar a todos esos conductores? ¿Por qué no ejecutan las obras previstas de desdoblamiento de carreteras para solucionar el problema de una vez? Los conductores generan dinero suficiente para ello, el problema es que se desvía para otras partidas, o se invierte siempre en los mismos sitios: que mejor exponente que el despilfarro de los últimos años en Cataluña.

Es obligación del gobierno ser más imaginativos para atraer recursos e inversiones hacia nuestro país, buscar otras fuentes de financiación y no caer una y otra vez en el recurso fácil de subir los impuestos a las clases bajas y medias. Por ejemplo, Noruega tiene petróleo. Cuando en España hubo indicios de bolsas de oro negro en Canarias enseguida mucha gente se puso en contra porque podría contaminar. Cuando se ha querido usar la técnica llamada fracking para encontrar petróleo y gas de nuevo se encuentra con la oposición de la mayoría de la población por los supuestos desastres naturales que provoca. Estados Unidos era uno de los mayores consumidores de petróleo y gas del mundo. Gracias al fracking hace años que es independiente energéticamente; y no solo eso, sino que exporta estas materias primas a otros países generando riqueza y no he escuchado ni leído que haya sucedido ningún desastre ecológico de consideración allí. Irlanda ha pasado de ser la cenicienta de Europa a duplicar la renta per cápita de su vecino Reino Unido atrayendo a su suelo a grandes multinacionales tecnológicas; las mismas que en España ahuyentamos con trabas, impuestos o tributos nuevos como la tasa Google, que solo ha recaudado un 10% de lo estimado por el gobierno. El nombrado Reino Unido se ha convertido en el centro financiero europeo y uno de los mayores del mundo. Alemania tiene su industria pesada. Y así otros muchos países. Nosotros tenemos el turismo, pero Francia, por ejemplo, está a la par con España en lo que a número de turistas anuales se refiere. Aunque en su caso es un perfil de turista de alto poder adquisitivo, no como el nuestro low cost en un amplio porcentaje. El cual, además, genera empleos de baja cualificación.

Por el motivo que sea renunciamos voluntariamente a la riqueza. Una muestra clara puede ser Disneyland Paris, reconocido como el primer destino turístico de Europa y cuyos visitantes aumentan año tras año, 15 millones en 2019. Pues bien, este parque temático pudo estar alojado en España, era la única opción junto a Francia, sin embargo, se desató una campaña en su contra desde los medios con la excusa de la invasión cultural que provocaría (sic). Renunciamos a la riqueza por ideología o por estupidez y cuando llegan las crisis lloramos; la única solución de nuestros dirigentes es incrementar la presión impositiva sobre las clases medias y bajas. Saben que el mantra de subir los impuestos a los ricos, además de falso, recauda poco. Utilizan más bien la técnica que Lola Flores empleó para intentar pagar su deuda con el fisco: pidió una peseta a cada español para obtener los 40 millones que le reclamaba hacienda. El gobierno de Sánchez sabe que todos tenemos que usar las carreteras. Si todos los meses nos saca como mínimo diez euros de media a cada español, tendrá otra mina de oro (perdón por el chiste) a su disposición.

Otro problema añadido es que repercutirá en los más débiles y desprotegidos económicamente al aumentar el precio de casi todos los productos básicos. Los alimentos, por ejemplo, se distribuyen por carretera. ¿En quién repercutirá esta subida de costes? En los mismos en los que ya ha repercutido la subida exacerbada del combustible y la electricidad. La cesta de la compra se ha incrementado de forma sustancial en menos de un año, no nos engañemos. Todo esto sin entrar en que tengamos el número de asesores más alto de la historia, casi duplicando el gobierno anterior, que se suben el sueldo continuamente, el poco ejemplo que dan, el destino de mucho del dinero que tanto trabajo cuesta ganar a los ciudadanos, etc. Cuando venga un populismo a decir que va a solucionar todos estos problemas de un plumazo y la gente le vote en masa no nos quejemos, hemos sido partícipes y responsables. Tuvo éxito hace poco un populismo de izquierdas, pero ellos mismos arruinaron su credibilidad y se han quedado sin opciones. Queda el populismo del signo contrario y creo que ya es tarde para intentar salir del callejón sin salida en que se han metido ellos solitos.

 

 

One thought on “Basta ya, por Diego J. García Molina

  1. JOSE LUIS SALMERON MARTINEZ

    Por el motivo que sea renunciamos voluntariamente a la riqueza.
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    No renunciáis, si no, que os hacen renunciar (yo vivo en el extranjero)
    ¿Como?…mediante los medios de «desinformación»
    Si se ve la evolución económica estatal en los diferentes gobiernos de España se puede apreciar que cada vez que (des)gobierna la izquierda la tendencia es hacia abajo y cuando (medio)gobierna la derecha la evolución es hacia arriba (dientes de sierra, le llaman).
    Por qué la población se empeñan en votar algo que siempre los hace retroceder?
    Por lo dicho anteriormente, los medios de desinformación comprados por la izquierda que dedica una ingente cantidad de dinero público para que así sea.
    Un saludo cordial desde 2.000 kilómetros de ese país de idiotizados.

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