Aproximación al mejor conocimiento de la pre-industria en Cieza. La producción de carbón vegetal

Desforestación en el Monte de la Atalaya. Fotografía de  Jean Laurent, 1871

Los parajes donde más carboneras existieron, y donde todavía se pueden apreciar restos de ellas, son el Almorchón y las sierras de la Palera, del Oro, Atalaya y Ascoy

José Olivares García

Echar una mirada al pasado industrial de Cieza es como entrar en el túnel del tiempo. Ante nuestros ojos aparecen hombres y mujeres que, influenciados por la coyuntura nacional e internacional, consiguieron avanzar en el mundo empresarial, remontado una situación económica pauperizada hasta llegar a crear un tejido empresarial, sobre todo en los sectores del textil y las conservas vegetales,  que contribuyeron a la riqueza del país.

Por otra parte, se comprueba la existencia de varias pre-industrias, como atestiguan  los materiales arqueológicos hallados en la cueva sima de la Serreta y Siyâsa, el primero con los restos líticos de un taller de brazaletes y el segundo con una rica colección de piezas fabricadas en vidrio.  La explotación de nuestros montes producía esparto, grana, madera y carbón vegetal. Las colmenas con sus dos productos principales, la miel y cera, además de aguardiente miel, las pasas de legía y los encurtidos, principalmente la oliva de Cieza, eran de gran consumo incluso en ultramar. Los molinos hidráulicos, almazaras y batanes, constituían unas piezas necesarias de la industria para dar salida a los  diversos productos de la agricultura; a ello habría que añadir otras actividades de la población ciezana como era principalmente la textil en todos sus escalones de fabricación. Se producía y  comerciaba con cáñamo y lino, así como seda. Durante el siglo XVI la seda constituyó la principal fuente de riqueza del municipio, llegando a pagar los impuestos y alcabalas con esta fibra. Tratándose de la Historia de la industrialización de Cieza, mención imprescindible merece el esparto y las conservas vegetales, que a partir de la segunda mitad del siglo XIX comenzaron un proceso vertiginoso de expansión hasta llegar a poner el nombre de la localidad en la primera línea de la industrialización nacional. La producción hidroeléctrica ciezana también ocupó su protagonismo con cinco fábricas de luz. Además, hay que señalar la obtención del de productos químicos como la barrilla, el jabón y el salitre.

Producción de carbón vegetal en Cieza

En esta pequeña aportación para el mejor conocimiento de las pre-industrias ciezanas comenzaremos por la producción y elaboración del carbón en nuestro entorno que, aunque fue a pequeña escala, significó una fuente de ingreso para los habitantes de Cieza y de otros pueblos de la Región de Murcia. Cuadrillas de carboneros pasaban el año en la sierra elaborando los distintos carbones vegetales que vendían después a hogares e industrias.  Para obtener el carbón hacían la tala de pinos convenientemente autorizados y otras de manera clandestina.  Una  vez descarnada la madera la dividían en trozos más pequeños. A continuación, formaban la carbonera, la llenaban de ramas y troncos, la tapaban con tierra para que tuviera poco oxígeno y así ardiera lentamente. La carbonera ardía de ocho a 12 días y mientras los hombres y las mujeres trabajaban cortando y trasportado la madera los niños vigilaban que la combustión fuera la adecuada para culminar el proceso de manera satisfactoria. El contenido en carbono solía ser del orden del 98 %. El proceso por calentamiento de madera y residuos vegetales alcanzaba temperaturas que oscilaban entre los 400 y 700 °C en ausencia de aire. Cuando la capa exterior de la carbonera estaba estable y no temblaba era señal de que todo estaba secado y endurecido. Entonces era cuando se abría para sacar el preciado combustible que, según las calidades y forma de producción, se denominaba picón o cisco, este era muy cotizado antiguamente porque no daba mal olor.

Los parajes donde más carboneras existieron, y donde todavía se pueden apreciar restos de ellas, son el Almorchón y las sierras de la Palera, del Oro, Atalaya y Ascoy.  La obtención de carbón fue una de las causas más importantes para la desforestación en la que se vieron sumidos los montes de la comarca, pues tanto legal como ilegalmente se sacrificaron enormes cantidades de leña y madera para su elaboración. El carbón vegetal a gran escala se usó hasta finales del siglo XVIII, que fue cuando se empezó en los hogares e industrias a utilizar el carbón mineral.

En diferentes documentos  del Ayuntamiento de Cieza se especificaban los impuestos y arbitrios que los comerciantes debían de abonar. En ellos podemos comprobar un dato curioso: como que sólo tenían la obligación tributaria por la venta de carbón realizada los  comerciantes forasteros, quedando exentos de pago el carbón producidos en los montes locales los habitantes de Cieza.

Según Capdevila, en 1695 el Ayuntamiento de Cieza  prohíbe que se corten pinos para hacer carbón en el término municipal de Cieza bajo graves penas. Por lo visto, los desmanes en los montes ciezanos continúan en 1703, ya que se nombra Caballero de Sierra, para que denuncie los daños que se están haciendo en los Montes de la Villa cortando pinos para leña y carbón, a Manuel Guardiola Rodríguez. En el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia, en 1853, aparece la noticia de la localización de cuatro carboneras fraudulentas en los montes municipales, requisándose 127 arrobas de carbón para su posterior venta por subasta pública.

Hasta aquí esta pequeña aportación sobre la actividad de los carboneros en Cieza. Espero  que a partir de este pequeño trabajo los historiadores y aficionados al conocimiento de nuestro pasado recojan el guante que desde aquí lanzo para que, cada día, conozcamos mejor nuestra Historia y costumbres.

 

 

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