Antonio Balsalobre y su remesa de articulillos independientes

Culpables

Para que no se nos olvide, nos recuerda el médico y poeta  ciezano Pascual López Sánchez que cuando Colón llegó a la isla que bautizó como La Española (y que comprende República Dominicana y Haití) se quedó tan maravillado que la calificó como “la tierra más bella del mundo”. En 1925, sin embargo, la deforestación  de Haití era del 60%. Y esa deforestación llega hoy al 98%. Lo que provoca, inevitablemente, erosiones, inundaciones, multiplicación de los efectos destructivos de los huracanes… y pobreza. Una impresión similar hubo de tener quien descubriera por primera vez el Mar Menor. Y la misma desolación que sienten hoy los haitianos por la destrucción de su país, sentimos nosotros por la de nuestra laguna salada. En ambos casos, existen culpables. Los de Haití nos los imaginamos. Los de aquí, los conocemos muy bien. Entre otras cosas porque llevan más de veinticinco años en el gobierno regional.

Imprenta sin papel

Estoy leyendo un libro cómodamente arrellanado en el sillón, mecido por la luz y algún rayo de sol otoñal que entran por la ventana. Un libro que puede ser impreso o digital. Levanto la vista por un momento y aprovechó para recordarme lo afortunado que soy de poder disfrutar de la lectura de un libro. Antes de la imprenta, los manuscritos eran escasos y solo cosa de ricos o de monjes. Se copiaban minuciosamente a mano y se custodiaban en los monasterios. En realidad, Gutenberg vino a democratizar la lectura, y con ella el saber. A introducir los libros en nuestras casas. También me digo que soy afortunado de poder leer un poema, una novela, un periódico, una revista en una pantalla gracias a la digitalización. Que internet, entre otras cosas, es una maravillosa imprenta sin papel, a la que me voy acostumbrando, que democratiza si cabe más la lectura.

Pedro Costa

Haber sido Premio Nacional de Medio Ambiente ya es mucho. Pero haber formado parte del grupo pionero que fundó el movimiento ecologista en España, allá por los años 70, lo es todavía más. A decir verdad, Pedro Costa Morata es la memoria viva del ecologismo político en nuestro país. Ingeniero, periodista, consultor medioambiental, profesor universitario, Costa no ha cejado de luchar a lo largo de los años desde distintos frentes o disciplinas por una causa irrenunciable: la defensa de la Tierra, cuyo deterioro medioambiental constituye una amenaza no solo para la humanidad sino también para la vida en su conjunto. El pasado miércoles, este agitador ecologista, como le gusta llamarse a sí mismo, presentó en el Club Atalaya de Cieza su Manual crítico de Cultura Ambiental (Editorial Trotta). Un libro imprescindible para entender el ecologismo desde múltiples enfoques. Sobre todo, desde el político y social.

Batiburrillo

Lo menos que se puede decir de Casado es que anda algo desorientado. Y nervioso. ¿Será porque ve cómo Ayuso, tras quitarle el sueño, se dispone, a poco que se descuide, a mangarle la silla? ¿Porque ha llegado a la conclusión, como tantos otros, que incluso en los momentos más complicados para el gobierno (y el fiasco de las eléctricas, síntoma del lado más oscuro del capitalismo, es uno de ellos), su proyecto neoliberal no termina de despegar? Podría ser. Lo que faltaba para el duro este fin de semana ha sido su polémica frase en plena crisis energética sobre la energía solar: “A las ocho de la tarde no había posibilidad de que la solar emitiera porque era de noche”. Como si la energía solar fotovoltaica no se pudiera almacenar en baterías, como le recuerdan los expertos. Desconocimiento, osadía, batiburrillo mental. Pues, simplemente, un poco de todo.

 

 

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