A metarfosearse

Norma: conjunto de reglas que determinan lo que se debe elegir entre las múltiples posibilidades de uso que ofrece una lengua, porque representan lo correcto, lo no contaminado por las peculiaridades que ofrecen las distintas variedades de la lengua.

Cada lengua es un código organizado que contiene todas las posibilidades de modelos y estructuras que el hablante tiene a su disposición para utilizarlas en los enunciados individuales y concretos que constituyen el habla , pero la norma impone unas reglas que es necesario observar si se pretende lograr un uso correcto. Sin embargo, la norma es un concepto abstracto que corresponde al modelo ideal de corrección impuesto por la tradición, por eso depende siempre del uso y es, por lo tanto, inestable, puesto que está sujeta a los cambios que va experimentando la lengua.

Como bien dice Octavio Paz, el idioma está en continuo cambio, las reglas pueden asegurar un mayor entendimiento entre todos los hablantes, pero es imposible restringir esa evolución. Todos los idiomas comenzaron siendo dialectos de otra lengua hasta llegar a una diferencia lingüística reseñable. El lenguaje es nuestra manera de comprender mejor el mundo, y de expresarlo tal y como lo vemos o queremos ver. La creación y destrucción de diversas formas lingüísticas responden a una demanda social, de cambio. Así que si queréis utilizar, por ejemplo, el lenguaje inclusivo para dar visibilidad a la mujer, hacedlo sin dudar si es el mundo que queréis ver.

En 1583, un grupo de escritores forentinos, bajo el auspicio de los Medici, fundó la Academia della Crusca , para burlarse de la pedantería de los integrantes de la Academia forentina. Emprendieron una labor de “limpieza” de la lengua con la preparación de un Vocabulario de la lengua italiana (que iniciaron seleccionando el léxico contenido en la Divina Comedia de Dante, el Decamerón de Boccaccio y el Cancionero de Petrarca), y que publicaron en 1612. Yo quiero mandarle a cada uno de los asientos de la RAE un ejemplar de La Metamorfosis de Ovidio, que con solo el título se abran para expulsar su acadecismo retrógrado y dejen de ser metamórficos en el sentido más kafkiano de la palabra. Que no os restrinjan y que no os obliguen a asimilar su mundo. Gritad con todas vuestras fuerzas: A METAMORFOSEARSE

 

 

 

Escribir un comentario