60 años de historia de Manos Unidas: el reconocimiento de la dignidad de la persona, primer paso para la consecución de los derechos humanos

La organización emite un comunicado celebrando su aniversario

Crónicas de Siyâsa/Manos Unidas

Comunicado íntegro:

El camino de los Derechos Humanos no es nuevo para Manos Unidas.  Desde su fundación en 1959, bajo el espíritu de los aires renovadores del Concilio Vaticano II, la institución es consciente de la vinculación entre el trabajo para el desarrollo y el trabajo por los Derechos Humanos, ya que muchas situaciones de hambre, pobreza y miseria echan sus raíces en la privación de esos Derechos fundamentales. En la actualidad, vemos que millones de seres humanos siguen viviendo en la exclusión social y extrema pobreza.

Este año, recordamos que hace seis décadas, ante la llamada de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación)  en 1955, un grupo de mujeres de Acción Católica, con gran sentido de humanidad y con la mirada creyente del ser humano, convirtió la lucha contra el hambre en un proyecto colectivo del que hoy formamos parte. Estas mujeres se sentían llamadas por Jesucristo para dar testimonio de un amor universal y efectivo por la familia humana, no se resignaban al hecho de que la mitad de la humanidad padeciera  hambre.

Celebramos este aniversario bajo la perspectiva de una historia de “trabajo por la dignidad de las personas” por entender que todos los esfuerzos desplegados durante estos años (para     erradicar el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción, y las causas que los producen) son, en realidad, esfuerzos por conseguir una dignidad de vida para todo ser humano sin exclusión.

En Manos Unidas, durante estos 60 años, hemos trabajado sin descanso para mejorar las condiciones de vida de millones de seres humanos en América Latina, África, y Asia. Países marcado por elevadas tasas de pobreza y desigualdad. El trabajo de Manos Unidas se ha centrado especialmente en acompañar y apoyar proyectos de desarrollo agrícola, sanitario, educativo, social y de promoción de la mujer. En estos años, la organización se ha consolidado alrededor de su compromiso con los más pobres. Hablamos de 6 décadas de trabajo por la dignidad de las personas a las que ponemos rostro: mujeres, campesinos, niños, jóvenes, participando fundamentalmente en la mejora de sus condiciones de vida (alimentación, educación, sanidad, etc.).

La dedicación con tesón de nuestros Socios Locales, que viven con las comunidades empobrecidas, acompañando y apoyándolas en sus luchas por una vida digna, ha sido imprescindible. Trabajar en la cooperación al desarrollo exige arrojo, profesionalidad y fe en que es posible cambiar las cosas, transformar la realidad de modo que las personas podamos vivir dignamente y con nuestros derechos humanos garantizados. La labor del voluntariado de Manos Unidas, más de 5000 personas en todo el territorio nacional, y del personal contratado (alrededor de 138 en Delegaciones y Servicios Centrales) han sido clave para el fortalecimiento de la institución y para aliviar el sufrimiento de millones de seres humanos en África, América y Asia. En este aniversario, es necesario recordar con gratitud el esfuerzo de nuestras delegaciones, 72 distribuidas por las diócesis españolas. Su presencia en las calles e instituciones, la educación para el desarrollo en distintos ámbitos y la recaudación de fondos para la financiación de proyectos en los países empobrecidos, han sido decisivos para acercar la realidad del Sur a la sociedad española y para mejorar la vida de tantos hermanos y hermanas nuestros. Un gran tributo se merecen nuestros socios y donantes. Cada año, la solidaridad de más de 77.000 socios y donantes, tanto personas como empresas nos ha permitido avanzar en la lucha por la dignidad de todos, sobre todo la de los más vulnerables. La colaboración con las Administraciones Públicas, especialmente a través de las subvenciones a convenios y proyectos, ha supuesto también una importante contribución para el desarrollo de nuestra misión.

Somos conscientes de que, gracias a todos estos esfuerzos, hemos procurado mejorar las condiciones de vida muchas personas en el Sur. Pero en términos generales, la realidad sigue siendo todavía muy dura para millones de personas que deben ocupar el lugar preferente en las celebraciones de nuestro aniversario.

Los hombres y mujeres de Manos Unidas trabajamos por la defensa, respeto y promoción de los derechos humanos de cada persona por el simple hecho de existir. Las exigencias de justicia y solidaridad nos vinculan a toda persona humana y a todo pueblo.Además de seguir atendiendo necesidades básicas de los más vulnerables queremos, dentro del ámbito de los derechos humanos, abordar algunos sectores de intervención, que pueden contribuir a hacer efectivo el “derecho al desarrollo”.  El Medioambiente y cambio climático, y el sector de los Derechos humanos y sociedad civil, indispensables para un derecho al desarrollo efectivo, se abordarán de manera específica en los años siguientes del Trienio.

Manos Unidas lleva 60 años, en la sociedad española y en los países del Sur manifestando su compromiso con los excluidos. En este aniversario, invitamos a los pueblos más empobrecidos a que hagan una apuesta decidida por sus derechos. El camino es complejo pero prometedor: hasta el siglo XVIII casi ningún texto legal recoge nuestros derechos como seres humanos. El siglo XX marca el reconocimiento generalizado de los derechos humanos fundamentales. Ya hemos iniciado un nuevo siglo, en el cual, con el compromiso de todos y con iniciativas como los ODM y los ODS, otro mundo es posible. Para que las comunidades del Sur hagan realidad sus derechos, hacemos un llamamiento a las sociedades del Norte a que vivan con sobriedad, que posibilite el “derecho al desarrollo” de todos, y que permita una vida digna para millones de personas que siguen viviendo en condiciones infrahumanas. Es un gran reto que exige una fe en lo humano, una mística de servicio y una espiritualidad de comunión.

Este aniversario de Manos Unidas situado en el contexto de la “lucha por la dignidad de la persona” marca también nuestra vocación profética y misionera: trabajamos por la justicia del Reino, que implica cambiar el corazón y las estructuras de pecado que nacen en el corazón humano.  Somos conscientes de que nuestra opción por la defensa de los derechos humanos nos exige denunciar las estructuras generadoras de injusticias, ir a las causas de las condiciones de vida inhumana de los pobres del Sur; y a la vez, anunciar y promover, a través de la educación para el desarrollo y los proyectos de cooperación, la justicia que merecen por el hecho de ser personas.

En definitiva, creemos en un mundo fraterno donde reinen la justicia y la paz. Sabemos que es necesaria tu colaboración para construirlo.

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