«2018. Ojalá que…»

Antonio-Balsalobre-cronicas-siyasa

Ojalá que los caminos de 2018 no vuelvan a conducir, como los de 2017, a un solo destino: Cataluña.

Ojalá que la matraca del independentismo catalán no lo vuelva a engullir todo. Que la inquietud por que pueda caer el árbol catalán no nos siga impidiendo ver el bosque español. Algo por cierto que le ha venido muy bien al PP y a la antigua Convergencia, a Rajoy y a Mas, para tapar sus vergüenzas, para ocultar durante meses casos de corrupción sangrantes en uno y otro partido: Gürtel, trama del 3%, contabilidad B, comisiones, mordidas, Púnica, Lezo, Canal Isabel II, Granados, González… Hemos vivido, de hecho, por y para la actualidad catalana. Semanas disparatadas, en que todo ha girado en torno al eje catalán. La mayor victoria del independentismo no ha sido, desde luego, conseguir la independencia pero sí haber puesto el independentismo en el centro de nuestras vidas.

Ojalá que en 2018 los temas sociales ocupen el espacio que se merecen. Que sindicatos, trabajadores, empresarios, gobierno, oposición, centren todos sus esfuerzos en ponerle coto a la precariedad laboral. Que el crecimiento de la economía no siga siendo a costa del aumento masivo de los contratos temporales, a veces de horas o de días, y de salarios bajos, de miseria, que no sacan a los trabajadores de la pobreza. Y que se ponga freno a la constante pérdida de derechos de los asalariados.

Ojalá que la fractura social no siga ensanchándose incluso después de la crisis. ¿Por cuánto tiempo más podremos seguir soportando que uno de cada tres murcianos esté en riesgo de pobreza o que un 8,1% de ciudadanos de esta región tenga que sobrevivir con ingresos inferiores a los 342 euros mensuales?

Ojalá que hagamos lo suficiente para evitar el desastre ecológico que se avecina. Para pararle los pies a un loco que llaman Trump, y niega el cambio climático, y a su réplica Kim-Yong-un, que asegura tener un “botón” nuclear en su despacho. ¿Quiénes sino nosotros tendremos que parar a estos y otros descerebrados que quieren pintar el mundo con los colores del infierno?

Ojalá disminuya la llegada a nuestra costas de decenas de miles de personas que lo arriesgan todo buscando un mundo mejor. Que no tengan que jugarse la vida en este viaje, que tantas veces es a ninguna parte, porque sus sociedades empiezan a progresar económicamente y van dejando atrás el caos, la anarquía, la violencia, la pobreza, ese proceso de desintegración social que se conoce como “ somalización”.

Ojalá llegue por fin ese Pacto por la Educación, siempre pendiente y más necesario que nunca, porque tener un buen sistema educativo, consensuado y estable, es la mejor garantía para afrontar los retos del futuro.

Ojalá que podamos acabar con el terrorismo y sus circunstancias. Ojalá que pongamos los medios para que no haya ninguna víctima más de ese otro terrorismo que es la violencia de género. Para que la igualdad entre hombres y mujeres sea, más que un eslogan, una realidad.

Ojalá que la Cieza que estamos construyendo se parezca cada vez más a la que queremos.

Ojalá que, parafraseando la canción de Silvio Rodríguez, la lluvia deje de ser el milagro que moja nuestros cuerpos y se convierta en la normalidad que riega nuestros campos.

Ojalá que seamos todos moderadamente felices en este año que acaba de empezar.

 

 

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