100 años de Carmen Martín Gaite

Rosa Campos Gómez

Porque sigue siendo tejedora de encuentros con hilo de palabras, y considerada una de las escritoras españolas más importantes del siglo XX, nos sumamos a la conmemoración del centenario del nacimiento de Carmen Martín Gaite (1925-2000) con todo el respeto y la admiración merecidos.

Es tanto lo que se ha recogido sobre su trayectoria para este artículo, incluso ateniéndonos a no traspasar los límites de la intimidad que ella designó, que he recordado una anécdota que cuenta M. A. Aguilar, a quien Rafael Sánchez Ferlosio –por entonces ya separado de la autora— llama angustiado para contarle que no le publican un artículo porque es muy largo, “¿cómo de largo?”, pregunta el periodista, “28 folios”, responde el escritor. Así, con bastante semejanza, andaba este texto tras recoger la actividad profesional de Martín Gaite, lo que indica el enorme trabajo que realizó a lo largo de su vida, reflejando que se aplicó a sí misma el consejo para ejercer de escritor que una vez le pidió un joven, al que le dijo: “coge una cuerda y amárrate a la silla”. Ella debió de usarla, cuerda invisible, inquebrantable, que la sujetaba a su silla de escritora allá donde fuere.

Sí, no ha habido más remedio que resumir mucho, debido a su extenso hacer, habitado de las sombras y luces que puedan caber en un recorrido vital.

Luces (1925-1954)

Nace en Salamanca el 8 de diciembre de 1925, es la segunda hija de José Martín López, notario, y María Gaite Veloso, una familia de librepensadores bien situada social y económicamente. Las dos hermanas, Ana María y Carmen, no asistirán a la escuela primaria, recibirán formación por parte del padre y de maestros particulares que acuden al domicilio familiar. Todos los veranos irán a San Lorenzo de Piñor, localidad orensana que será escenario en algunas obras de Martín Gaite.

En 1936, Carmiña, como la llaman en la familia por los orígenes gallegos maternos, inicia sus clases en el instituto, teniendo como profesores a Rafael Lapesa y Salvador Fernández, futuros académicos de la RAE, que influyen en su vocación literaria.

Estudia Filología Románica en la Universidad de Salamanca. Coincide con Ignacio Aldecoa, iniciando una amistad de por vida. Escribe y publica poesía. Viaja, becada, a Coimbra. Se interesa por la cultura portuguesa. Tras licenciarse recibe otra beca para ampliar estudios en Francia. Perfecciona su francés y vuelve con un horizonte más abierto. Decide vivir en Madrid e iniciar el doctorado sobre cancioneros galaico-portugueses del siglo XVIII. Se reencuentra con Aldecoa, que le presenta Rafael Sánchez Ferlosio, así se introduce en el grupo de escritores que, junto a Jesús Fernández Santos, Alfonso Sastre y Josefina Rodríguez, entre otros, formarán parte de la generación de los 50.

Gana algún dinero haciendo fichas de palabras en su contexto para el diccionario de la RAE, trabajo que combinaron sus clases de doctorado, del que se siente desmotivada por el desinterés que percibe en el director de su tesis, y porque escribir le atrae más, al igual que a sus amigos, con los que aprende y se libera de su pedantería, algo que siempre les agradecerá. Cuenta que en los cafés a veces dejaban fiado porque iban sin un céntimo, pero que era un tiempo pleno, dichoso.

En 1953 se casa con Rafael Sánchez Ferlosio. Viajan a Italia, la madre de él es de allí. Estarán varios meses, el italiano será su segunda lengua. El matrimonio decide vivir solo de la literatura. En la primavera de 1954 recibe el premio Café Gijón por El balneario. En octubre nace Miguel, su primer hijo.  

Sombras (19491955)

Enferma de tifus y no puede presentarse a exámenes del doctorado. Está grave y sus padres se la llevan a Salamanca, allí escribe ‘El libro de la fiebre’, del que no recibirá buenas críticas, sobre todo de Sánchez Ferlosio, al igual que con ‘El balneario’, a partir de ahí no le enseña nada antes de publicarlo.

En 1950, ya en Madrid, Carmen trabaja en un colegio de monjas para niñas, pero lo tiene que dejar porque no la ven adaptable a las expectativas de las religiosas. Decide hacer voluntariado en un dispensario de Vallecas, ver tanta precariedad es una muestra de realidad que la sacude, dejará constancia en ‘La conciencia tranquila’, cuento neorrealista. Sus padres se vienen a vivir a Madrid. Empieza a trabajar a media jornada como escribiente con su padre.

Miguel, con apenas siete meses enferma de meningitis, fallece el 3 de mayo de 1955. Es el primer terrible golpe en la vida de Carmen.

Luces (1956-1972)

Nace su hija, Marta. El 1958 recibe el Premio Nadal por ‘Entre visillos’ su marido lo recibió dos años antes por ‘El Jarama’. Hubo quejas porque iba con pseudónimo. Carmen, intuitiva, sabía que de haber puesto el suyo no se lo hubieran dado por ser mujer de. En 1960 publica ‘Las ataduras’, novela corta que irá acompañada de seis relatos más. Escribe prólogos para ‘Antología del teatro crítico universal. Cartas eruditas y curiosas de B. Feijoo, y ‘El retrato de Dorian Gray, de O. Wilde.

En su 36 cumpleaños Marta le regala una libreta titulada ‘Cuaderno de todo’, anotará y continuará anotando en sucesivos cuadernos todo lo que le va surgiendo, algunos de ellos son publicados póstumamente. Se edita el ensayo ‘El cuento de nunca acabar’. En 1965 recibe una beca para seguir con sus investigaciones sobre el s. XVIII, con ese alivio económico decide acudir, durante 5 años, al Seminario de Estudios de Humanidades que dirige Julián Marías.

Sus años de investigación le han ofrecido contenido sobre el que escribirá el ensayo ‘Usos amorosos del dieciocho en España, con la dedicatoria: “Para Rafael, que me enseñó a habitar la soledad y a no ser una señora”, y con el que obtiene el doctorado en 1972. Da por concluida su formación académica.

Sombras (19621970). Presenta a concurso la novela ‘Ritmo lento’, gana ‘La ciudad y los perros’, de Vargas Llosa. El “boom de la literatura hispanoamericana acaba de empezar. Decae en ventas no en calidad la producida aquí. Carmen aparca la escritura de ficción y se dedica a investigar aspectos de la Historia del s. XVIII, centrándose en la vida de Melchor de Macanaz, a cuyo estudio dedica seis años, “los más caros de mi vida”, di. ‘El proceso de Macanaz es su libro menos vendido y con el que ha perdido más dinero, pero con el que ha aprendido a ser paciente y seleccionar las mejores palabras.

Muere I. Aldecoa en 1969. Sobre su vida y obra escribirá y dará conferencias recogidas en Esperando el porvenir. Homenaje a Ignacio Aldecoa’.

En 1970 el matrimonio se separa. Aunque sigan manteniendo amistad, y tiempo junto a Marta, será otro duro golpe para Carmen.

Luces (1973-1984)

En 1973 TVE estrena ‘Entre Visillos’. Entra a trabajar en la editorial Salvat durante 8 meses, por primera vez tiene un empleo a tiempo completo. Publica ‘La búsqueda de Interlocutor y otras búsquedas’, recopilación de artículos más un cuento. Salen a luz las novelas ‘Retahílas” (1974), ‘Fragmentos de interior’ (1976), y el poemario ‘A rachas’, que será ampliado tres veces. Empieza a publicar semanalmente crítica literaria en Diario 16, durante cuatro años. Escribe el guion cinematográfico ‘Emilia… parada y fonda’, y al año siguiente ‘Sábado de gloria’, y ‘La conciencia tranquila’, basados en cuentos suyos. Publica ‘EL cuarto de atrás’, Premio Nacional de Literatura 1978, la primera vez que una mujer lo consigue.

Su obra es estudiada en universidades americanas, escriben tesis sobre ella. Acude a México y EE. UU. a dar conferencias. Adapta la tragicomedia Don Duardos, de Gil Vicente, encargo de la Dirección General de Teatro del Ministerio de Cultura.

Sale su primer cuento infantil El castillo de las tres murallas(1981), el segundo será ‘El pastel del diablo’ (1985). Prepara el guion para el documental “Esta es mi tierra”. Se estrena en TVE Santa Teresa de Jesús, dirigida por Josefina Molina, con guion de Martín Gaite y Víctor García de la Concha. Se edita su ensayo ‘El cuento de nunca acabar (apuntes sobre la narración, el amor y la mentira)’.

Sombras (19831985). Es atracada por la calle, le rompen brazo derecho. Teme no poder volver a escribir. Se recuperará.

En 1985 muere su hija Marta, durísimo golpe del que no se repondrá del todo, aunque la escritura será su gran aliada para sobrellevarlo.

Luces con nubosidad variable (1986-2000)

Conferencias por EE. UU., Múnich, Londres, París… España. Collages. Artículos recomendando a autores de gran valía -Belén Gopegui, Rafael Chirbes, Álvaro Pombo, Miguel Sánchez-Ostiz …- Traduce a Primo Levi y Natalia Ginzburg, como antes a Virginia Woolf, E. A. Poe, I. Svevo, G. Flaubert, E. Brontë…Guion para la serie ‘Celia’, de Elena Fortún.

Publica ensayos: Usos amorosos de la postguerra española, Desde la ventana. Enfoque femenino de la literatura española; teatro:A palo seco (Monólogo en un acto); Novela: ‘Caperucita en Manhattan’, ‘Nubosidad variable’, ‘La reina de las nieves’, ‘Lo raro es vivir’ y ‘Irse de casa’.

Sigue recibiendo premios y distinciones: Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1988 (ex aequo); Medalla de Oro de la ciudad (Salamanca), Premio Castilla y León de las Letras 1991, Nacional de las Letras Españolas 1994, entre otros.

El 23 de julio de 2000, fallece abrazada a sus cuadernos. Estaba escribiendo ‘Los parentescos’, novela inacabada, publicada póstumamente. Su hermana, que la cuida hasta el final, será la albacea de todo su legado.

Celebrémosla leyendo sus magníficos ensayos, novelas, cuentos y sus demás textos. Nos habla de lo que pasa en las familias, en los hogares, en el interior y exterior, higienizando el discurso, librándolo de artificios, acercando la riqueza del diálogo, dejando que quien lee ponga de su parte en una propuesta clara de interrelación creativa, permitiendo que desarrollemos lo mejor en un mundo que sabe que nos necesitamos y en el que “hay que seguir dejando siempre abierta la puerta al cuarto de jugar”.